Para generar empleo sólido los Gobiernos deberán crear las condiciones, sobre todo, para las Pymes, colectivo éste que representa un 80% del PIB y del empleo.

Las pymes son las grandes olvidadas y maltratadas por los Gobiernos de turno. Se trata de un colectivo, mal representado en la defensa de sus intereses, y muy condicionadas por el predominio de la gran empresa que controla las economías de las materias primas, suministros, servicios... Además, soportan una excesiva y costosa carga burocrática del sistema, con unos costes fiscales y sociales elevados, sobre todo, los indirectos; lo que las pone en una situación contra natura, si tenemos en cuenta el peso que representan en el conjunto del PIB y del empleo.

De ahí, el enorme paro, el déficit de la Seguridad Social y los grandes desequilibrios socioeconómicos. En España han desaparecido en los últimos seis años unas ochocientas mil pymes, es decir, aproximadamente el 30% del conjunto, fundamentalmente por falta de financiación y las dificultades de poder ajustarse a las circunstancias frente a una crisis profunda y duradera.

Por otra parte, estas empresas tienen muy poco tamaño para defenderse, lo que las hace muy vulnerables frente a los vaivenes de las economías y del sistema financiero.

Un ejemplo de los impuestos indirectos: El tener que refinanciar operaciones de crédito, sobre todo, en épocas de crisis, al objeto de evitar concursales o cierres, se tiene que liquidar a la Hacienda autonómica, un impuesto del 1,5% del principal de los préstamos, además de los actos jurídicos documentados, notariales y registros.

La mejora de la situación económica no significa crecimiento económico. El cambio de tendencia se debe fundamentalmente a que estábamos en deflación y -por fin- el BCE ha dispuesto cantidades importantes de dinero, además de otras variables económicas que nos vinieron favorables, como son: la bajada de los precios del petróleo, la mejora de la paridad euro-dólar, los intereses del dinero y por ende la mejora de las exportaciones.

Y todo esto ha reactivado el consumo. Otra cosa es la inversión y la creación de nuevas empresas para resolver los graves problemas del paro y sus consecuencias. Seguir hablando de los efectos de la crisis y no de las causas que plantea nuestro modelo económico es un sarcasmo y es seguir en la inercia.

¿Qué pasaría si no vinieran estos vientos favorables? Pues más déficit, más impuestos, peores servicios...

En todo caso, si hay crecimiento económico y si el 80% de las rentas del PIB van al 10 o 15% de su totalidad, y se manejan análisis de medias, no estaremos solucionando el grave problema del paro, los desequilibrios y las injusticias socales, sino más bien lo contrario.

Para crear empleo sólido y evitar su destrucción hay que cambiar el modelo actual, ofertando a los empresarios unas condiciones que les permita sobrevivir y crecer, lo que su vez, proporcionaría más ingresos a la Seguridad Social, así como, dedicar más recursos a algo tan fundamental como es la formación profesional. Sin las condiciones adecuadas, el crecimiento será mínimo y coyuntural y estaremos al albur de los acontecimientos económicos externos e internos y con ello el riesgo de deterioro social, del sistema de pensiones.

* Economista y empresario