La Universidad de Vigo ha estado presente por medio de expertos profesores que prestigian esta institución de la enseñanza superior en los debates y ponencias sobre el cambio climático, que se llevaron a cabo en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático celebrada en Paris y que concluyeron el pasado 11 de diciembre. Los dictámenes incluidos en el Acuerdo de París, nombre del pacto global alcanzado por consenso de los 195 países participantes, fueron y son de gran utilidad para un público interesado en este palpitante tema de actualidad, que los ha seguido a través de sus objetivables opiniones.

El autor de este artículo se quiere centrar sólo en los aspectos inherentes al cambio climático y como este fenómeno puede ser una amenaza para alcanzar un desarrollo sostenible, el cual se define como aquel que busca un equilibrio social, económico y medio ambiental. Para la determinación de la sostenibilidad existe una serie de medidores denominados Indicadores Comunes Europeos. A su vez, estos se estructuran en indicadores principales (A1-A5) y adicionales (B6-B10). Pues bien, el denominado A2 se identifica con "la contribución local al cambio climático global". Este indicador mide las emisiones antropogénicas fundamentalmente de dióxido de carbono, óxido nitroso y metano dentro de una zona dependiente de una administración local. Para su desarrollo se han seguido los mismos modelos y técnicas operativas explicitadas en el Manual de referencia del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambios Climáticos (Intergovernmental Panel on Climate Change, IPCC), que proporciona asesoramiento científico, técnico y socioeconómico a las Naciones Unidas sobre este tema.

Así pues, siguiendo estos criterios, el cálculo de emisiones dentro del término municipal vigués se adapta a las propuestas del IPCC y, de esta forma, se pueden llevar a cabo comparaciones con las emisiones procedentes de otras ciudades, fundamentalmente europeas.

Los sectores analizados fueron: 1). Energía (industrias del sector energético, industrial manufactureras y de construcción, transportes y otros sectores). 2). Procesos industriales. 3). Uso de disolventes y otros productos. 4). Agricultura (ganado doméstico, quemas en campo de residuos agrícolas, suelos agrícolas) 5). Cambios del uso del suelo y silvicultura. 6). Tratamiento y disminución de residuos (tratamiento de aguas residuales, incineración de residuos).

El análisis de estos aspectos permite determinar las emisiones antropogénicas de los gases de efecto invernadero (GEI) en el municipio de Vigo creando, de este modo, un marco de diferencia que permite determinar cuáles son los sectores causantes, en mayor medida, de este problema y dirigir, de este modo, las formas de actuación.

Este enfoque tiene ciertos límites al calcular las emisiones de esos GEI. Desde una perspectiva de sostenibilidad local es más correcto determinar la emisión asociada, que consiste en considerar no sólo las emisiones generadas realmente en la zona, sino también las generadas fuera de ésta y que sean responsabilidad del municipio. En otras palabras, el principio de responsabilidad exige que se contemplen las emisiones derivadas de las actividades situadas en la zona seleccionada, tanto si son generadas dentro del área considerada como fuera de ella, sustituyendo, de esta manera, al principio geográfico.

Al comparar las emisiones de Vigo determinadas bajo estos criterios con otros municipios integrados en la red de Indicadores Comunes Europeos, se observa que se encuentran en una posición medio-baja, con una contribución de 5,5 Tn CO2 equivalentes/habitante-año, ya que la media se situa en 6,8 Tn, siendo los extremos Pori (Finlandia), con 11,9, y Oslo (Noruega), con 2,5. En relación a otras ciudades españolas observamos que Vigo presenta más emisiones que Pamplona (3,5) y Barcelona (3,6), pero menos que Vitoria (7,2) y Burgos (8,1). La mayor emisión de Vigo frente a Barcelona se debe a la menor extensión del uso del gas natural y del transporte público, además de las condiciones climáticas.

Las medidas que nuestra Administración Local puede tomar como objeto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son de amplio espectro, entre las cuales las campañas de concienciación e información social son muy importantes para que puedan influir en el consumo eficiente de la energía por parte de la ciudadanía. Unas dependen directamente del Concello, entre ellas, promover el consumo de productos que fomentan la sostenibilidad, utilizar ayudas o subvenciones que primen hábitos menos contaminantes y penalizar aquellos más contaminantes, implementar la eficiencia de la iluminación pública, así como aquellas otras medidas que favorezcan el ahorro de la energía necesaria en los edificios. La concienciación de la ciudadanía es fundamental para que estas nuevas conductas salgan de sí mismas y no sean consecuencia de imposiciones externas, tales como el fomento del transporte público, el reciclaje y reducción de residuos, medidas para el desarrollo de una conducción eficiente, regulación del consumo eléctrico en el sector doméstico y comercial o el rendimiento de las calefacciones.

La implementación de estas medidas constituye todo un reto para la ciudadanía viguesa como muestra no sólo de su civismo sino de compromiso con la sostenibilidad de las presentes y futuras generaciones. Un estudio, que se está realizando, permitirá conocer la percepción de los habitantes de nuestra sociedad ante el cambio climático en lo relativo a sus valoraciones, comportamientos y respuestas.

*Profesor Emérito de la Universidade de Vigo

(El autor ha escrito este artículo en recuerdo de la admirada Dra. Aida Fernández, quien ha investigado la influencia del CO2 sobre la flora y fauna oceánica y su relación con el cambio climático)