Nos aseguran que en la Cabalgata de Reyes de Cangas uno de los Reyes Magos era un concejal del gobierno. No pudimos confirmarlo, pero aquellos que juran que lo vieron se echan las manos a la cabeza. Supuestamente no podía ser posible. Sería irreverente. Un error. Quién no va a querer ilusionar a un niño, quién no va desear ver esos ojos de entusiasmo, quién no va a querer repartir felicidad, da igual a que partido pertenezca. Hay tradiciones que van más allá de lo que es la religión, de hecho poco tienen que ver, ya que pertenecen a la tradición.
Hay olvidos imperdonables
Si no existieran las redes sociales los vecinos de Cangas se hubiesen quedado sin poder felicitar las fiestas de Navidad y Año Nuevo ni ser felicitados. Quizás sabiendo como funciona Correos (el gobierno cangués tuvo a uno miembro de ese servicio infiltrado durante años) los concejales cangueses utilizaron las redes sociales para enviar sus felicitaciones. Esto sería imposible en Inglaterra, donde sus habitantes se sienten orgullosos de como funciona su correo postal. Pero este es un país diferente. De ahí que se quiera privatizar un servicio que tan ligado estuvo siempre a los que menos tenían.
