Adios navidad
Las navidades están ya casi en el olvido y se empiezan a oír los sones carnavaleros que este año llegan antes de un mes, ¡viva la fiesta!.Del Nadal que nos ha dejado queda la resaca de las cabalgatas alteradas por el mal tiempo climatológico que aconsejó en lugares con cierto sentido de la responsabilidad suspenderlas y buscar modos alternativos de que los niños se aproximasen a los Reyes Magos. Eso fue lo que hicieron en Marín con buen criterio porque si hubiesen decidido montar a Sus Majestades y a las decenas de niños en las carrozas, a las seis y veinte, posiblemente cuando vinieran rodando por el astillero, se iban a poner buenos porque cayó el diluvio de solo diez minutos pero suficiente como para convertir la fiesta en casi tragedia. La seguridad es lo primero y pudiendo contar con la previsión meteorológica que hoy dan los nuevos sistemas informáticos por horas, lo mejor es no arriesgar sin necesidad. Por lo menos los niños de Marín no han tenido que sufrir el sonrojo de la pseudocabalgata de Madrid con los tres reyes-payaso con los que se fotografió toda satisfecha la alcaldesa madrileña a la que le gusta lucir sus ocurrencias. Es posible que los mismos trajes de reyes-payaso sirvan para cualquier acto del carnaval.
Barcos temblando
