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Una liquidación muy tardía

A principios de los años cuarenta, la Caja de Ahorros Municipal y Monte de Piedad de Pontevedra arrastraba una situación insostenible. Su estado financiero era tan pernicioso por su posible efecto contagio, que la Federación de Cajas de Ahorros de Galicia no tuvo otro remedio que tomar cartas en el asunto.

Analizada la situación en profundidad, la federación gallega aconsejó al Ayuntamiento de Pontevedra, institución fundadora y fiadora de la entidad en cuestión, su liquidación pura y dura por considerar su continuidad sencillamente inviable.

La Caja de Ahorros y Monte de Piedad de A Coruña, entidad hermana, concedió por medio de la citada federación el préstamo necesario a su homónima pontevedresa para saldar sus pagos y cerrar sus cuentas de forma ordenada, sin causar ningún perjuicio.

Pasado el tiempo, el Ayuntamiento de Pontevedra se hizo el sueco a la hora de saldar aquel crédito. Entonces la Caja de A Coruña emprendió un pleito judicial que terminó con una sentencia a su favor del Tribunal Supremo.

A finales de 1963, el alcalde Filgueira Valverde y su corporación municipal asumieron religiosamente el pago de 250.433,49 pesetas, cantidad total resultante de la deuda contraída desde 1946, más los intereses devengados al 2% anual. De común acuerdo, el ayuntamiento saldó su débito en cinco cómodas anualidades hasta 1967.

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