En los albores del siglo XX surgieron en esta ciudad diversas casas de préstamos para aprovechar el vacío creado por la desaparición de la primera Caja de Ahorros Municipal y Monte de Piedad de Pontevedra.
La Equitativa fue la primera entidad que abrió sus puertas en verano de 1901. Precisamente su tarjeta de presentación anunciaba unas condiciones casi idénticas, "con cortísima diferencia", respecto al desaparecido Monte de Piedad.
Sobre todo, La Equitativa ofrecía un módico interés, una reserva absoluta y una garantía plena mediante el resguardo correspondiente para gestionar el desempeño oportuno. Inicialmente comenzó su actividad en la calle san Román número 11 y luego dispuso de otro local en la calle Sarmiento número 7 para la venta de ropa.
Luego estaban La Unión en la plaza de Indalecio Armesto, que más tarde pasó a la calle Real número 2, y La Económica en la calle Real número 32.
Estas casas de préstamos no solo aceptaban joyas y alhajas en sus operaciones, sino que también comerciaban con ropa en buen estado de uso. Periódicamente celebraban subastas especiales de los objetos empeñados, transcurrido el tiempo estipulado desde la realización de los depósitos.
De vez en cuando, algunos benefactores como Casimiro Gómez o José Riestra concedían donativos para el desempeño de objetos por parte de la gente más necesitada, operaciones que gestionaba el propio ayuntamiento.
