A quienes recordamos los temporales de mediados del pasado siglo nos parecen un chiste los vientos que ahora provocan alertas de colores pero es una realidad que por lo que sea, nunca cayeron tantos árboles con tan poco viento (relativamente hablando). En el vial de playas estos días se vino abajo un árbol que pudo haber producido una desgracia aunque, por suerte, no fue así. Y ese derribo podría hacer pensar a las autoridades que en varias zonas de ese vial el peligro es constante porque muchos árboles están al borde esperando que una fuerza inesperada los empuje y no solo el viento, porque también existe otro peligro producido por los eucaliptos, concretamente frente a la playa de Mogor, donde las raíces se van colando entre las rocas, engordando de manera alarmante y produciendo en ellas roturas de enormes trozos que amenazan con caer a la calzada y pobre de aquel que se encuentre debajo en momento tan inesperado. Ya no es la primera vez que las enormes lascas de piedra llegan a la pseudoacera y hasta ahora sin consecuencias afortunadamente. Tampoco lo es que, desde aquí, se ha alertado del peligro e incluso ha sido comentado a algún concejal responsable pero, ni caso. Pues es bien fácil evitar tal peligro. Ya veremos.
Exitazo
