En Marea, en Galicia, y Podemos, en España, quieren elecciones anticipadas. Puede que no sea la mejor solución para los intereses del país, pero es lo más conveniente para sus fines partidistas. Están en la cresta de la ola, y quieren aprovechar que el viento sopla a favor. Con los resultados del 20-D en la mano saben que en Galicia y en España en una nueva cita con las urnas tendrían serias posibilidades de protagonizar el sorpasso al PSdeG y PSOE, y quién sabe si algo más. Tampoco es que En Marea y Podemos sean los únicos que miran por su interés. Los demás tampoco son hermanitas de la caridad. Si quieren retrasar los comicios lo máximo posible es porque les conviene: El PSOE teme verse engullido por los de Pablo Iglesias, para el PP supone admitir el fracaso y abrir el melón de la renovación y Ciudadanos necesita tiempo para recuperarse del shock. Rivera se veía como el Adolfo Suárez de la nueva transición y ahora sus 40 escaños ni siquieran son decisivos para la gobernabilidad de España. ¿Y en Galicia? El PSdeG necesita tiempo, sobre todo Besteiro que tiene que librarse de la imputación de la juez Pilar de Lara. El PPdeG debe recuperar apoyos y saber cómo queda la escena en Madrid antes de mover ficha en Galicia, sobre todo el presidente Alberto Núñez Feijóo. Y en el BNG acaban de fijar una asamblea nacional para marzo, en un nuevo intento de reconducir su deriva hacia el abismo.

| Líneas rojas de Podemos. En Marea y Podemos quieren volver a examinarse en las urnas cuanto antes porque saben que en meses la situación puede mudar. ¡Qué se lo digan a Rivera que arrancó la campaña como segunda-tercera fuerza y con el debate a cuatro y otro puñado de errores en la recta final retrocedió a la cuarta plaza! Así se entiende la posición de máximos que ha adoptado Podemos, para posibilitar el salto de Pedro Sánchez a La Moncloa. Le pone tan difícil el sí, pues ha de tragar con el referéndum en Cataluña, la reforma de la Constitución y de la ley electoral, que en el fondo solo se puede entender que en realidad lo que quiere es un no por respuesta e ir a elecciones anticipadas. Si además el PSOE facilita la investidura de Rajoy, Podemos confía en seguir sumando votos entre los descontentos socialistas, que no le perdonarán a Sánchez que permita a "un indecente" permanecer en Moncloa.

| Voto nacionalista. La posición de máximos de Pablo Iglesias también se explica porque su éxito el 20-D se lo debe en muy buena medida a Cataluña, Galicia y País Vasco, además de Valencia. La coalición con Ada Colau como máximo referente en Cataluña le aportó 12 diputados y 927.400 papeletas. La alianza con el nacionalista Xosé Manuel Beiras en Galicia sumó 6 escaños y 408.370 sufragios y en el País Vasco, logró 317.000 votos y cinco actas. Son 23 diputados de los 69 escaños de Podemos y más de 1,4 millones de votos de un total de 5,1 millones de papeletas.

Podemos ha crecido pegándole un rejonazo a las formaciones nacionalistas de las comunidades históricas. En el País Vasco se ha convertido en la formación más votada gracias a que se ha llevado 100.000 votos que antes eran de Bildu. Y en Galicia, el BNG perdió el 60% de los votos y quedó por debajo de 4,3% de los sufragios, arrollado por En Marea. En Cataluña, su sí al referéndum le permitió sumar más de 900.000 papeletas. Aunque Pablo Iglesias se posiciona a favor de la unidad de España, su defensa del derecho a decidir y de un referéndum en Cataluña en una España "plurinacional" le ha permitido arrastrar a mucho votante nacionalista descontento con partidos que ven viejos e incapaces de presentar un proyecto social de renovación. Se debe a ellos. Y no puede renunciar a ellos. Son la base sobre la que pivota su pretendido "asalto a los cielos".

| Los partidos nacionalistas. Y hablando de nacionalistas, más de uno pregunta si para este viaje hacían falta alforjas. Tanto lío para pasar del bipartidismo imperfecto al multipartidismo y resulta que al final la gobernabilidad de España puede depender de nuevo de los nacionalistas catalanes y vascos. ¿Terminará hablando Pedro Sánchez catalán en la intimidad como Aznar?