Estos tiempos no son aquellos tiempos. Las cosas hoy en día se ven de otro modo pero no cabe duda de que también hay campañas de petición de ayuda a la colectividad ciudadana sobre todo en lo que se refiere a la necesidad de alimentación. Me atrevería a decir que en este momento, en nuestro entorno y acaso en todo el país, nadie tendría que pasar hambre, gracias a la solidaridad de los demás y a quienes organizan actos de concienciación y recolección de alimentos que después son repartidos por las asociaciones institucionalizadas que saben bien hacer su trabajo gracias, igualmente, a las (y los) voluntarios que pasan horas organizando esos repartos. Hay un aspecto negativo en este ámbito y es que hay quien confunde la colaboración con aquel bo-cha-tra-pa. Las campañas de recogidas de juguetes, por ejemplo, son a veces negativas porque hay quien entrega juguetes rotos, incompletos, sucios e inservibles en muchos casos. La intención puede ser buena pero dar un juguete al que le faltan piezas; un coche que no anda; una muñeca sin piernas o un oso sin ojos es emular el bo-cha-tra-pa y ese no es el espíritu de ninguna campaña de hoy. ¿O no?
