Parece que al yerno ideal -así denominan algunos al Sr. Rivera- no le gusta la legislación española sobre violencia de género. No parece importarle que sea la más avanzada del mundo. Ni que la ley de 2004 haya sido aprobada en el Congreso de los Diputados por unanimidad. Tampoco le quita el sueño que desde esa fecha se haya ido perfeccionando la protección de la mujer con protocolos y programas de acción para tratar de erradicar todo rastro de mal trato (no solo físico o psicológico, sino laboral, social, familiar, etc.) hacia ella por su mera condición. Por lo visto, lo que le preocupa al aspirante a presidente del gobierno, es que no es admisible que al hombre que pegue a la mujer se le castigue más que a la mujer que pegue al hombre. El hecho de que el Tribunal Constitucional haya declarado la constitucionalidad de los preceptos penales que fueron objeto de varias cuestiones de inconstitucionalidad es un pequeño detalle sin importancia que ya se encargará él de corregir cuando llegue a la Moncloa. Explicarle al aspirante lo que son los estudios de género, el ciclo de la violencia, las casas de acogida, los Juzgados de violencia sobre la mujer, las órdenes de protección, etc. probablemente no arreglase gran cosa, porque esa diferencia penológica, por lo visto, es una afrenta al principio de igualdad diga lo que diga el Tribunal de garantías.

"Tenemos que hacer un pacto de Estado, tomarnos en serio la lucha contra la violencia a las mujeres, dejarnos de debates de salón y tomar medidas concretas", dijo Albert Rivera ignorando que ya desde antes de 2004 es lo que se ha venido haciendo por todos los partidos, legislando en el parlamento y en las asambleas legislativas de las Comunidades Autónomas, articulando medidas correctoras por parte de los ejecutivos central y autonómicos, especializando cuerpos policiales, creando órganos judiciales específicos (aunque menos de los deseables), realizando numerosos estudios de género, etc. Este señor pide acabar "con la asimetría penal por cuestión de sexo". Todavía no se ha enterado que no es sexo. Es género. Y tampoco hay asimetría. Hay mayor tutela debido a la discriminación existente por razón de género (como también la hay mayor respecto de los menores, por poner un ejemplo). Y no se trata simplemente de que sea un problema de hombres contra mujeres, sino que se trata de prevenir aquella violencia que como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia, tal como reza el artículo 1 de la LO 1/2004. Don Albert también dijo que hay que aplicar la ley con toda la firmeza y no estar debatiendo mientras matan a mujeres personas con antecedentes. Pues mire señor candidato, cada día en España miles de policías, guardias civiles, fiscales, jueces, abogados, funcionarios judiciales, psicólogos, médicos, enfermeros, forenses, trabajadores sociales, funcionarios (de uno y otro sexo, con "o" y con "a") no están precisamente debatiendo (lo de "debatir" ya sabemos a quién ocupa) sino asistiendo a los miles de mujeres que cada año sufren maltrato y violencia física, psíquica y sexual en nuestro país y también le puedo asegurar que la ley se aplica con toda la firmeza, como no puede ser de otro modo (cosa que mejoraría mucho si Vd. y los demás políticos elaborasen en el parlamento leyes justas y eficaces). ¡Ah! Y lo de que "matan a mujeres personas con antecedentes" le diré algo: pueden tener antecedentes o no, pues matar es muy fácil con o sin una hoja histórico-penal nutrida, con o sin orden de protección, pero ayuda mucho dar apoyo económico, social, psicológico, judicial, etc. a la mujer que se halla desamparada y sola frente a un agresor machista e invisible a los ojos de los demás.

Y, por cierto, cuando ha pretendido arreglarlo ante las críticas recibidas afirmando que lo que quieren en su partido es "agravar todas las penas, no sólo las de las violencias contra las mujeres, sino toda la violencia doméstica y subimos un escalón a diferencia de otros" le pediría que por favor deje el Código penal tranquilo, no entre en esa absurda, inútil y contraproducente lucha de ser el más represor de todos. Ya tenemos el texto punitivo más duro de Europa y uno de los más duros del mundo (sin necesidad alguna). No pretenda acercarse a Corea del Norte en esto. Créame: sobra Código penal. Ya el Sr. Rajoy (quizás su futuro socio de gobierno, aunque se dice que igual prefiere una socia) se ha ocupado en esta legislatura de darle un buen repaso al Código incrementando las penas más allá de lo razonable, incorporando una cadena perpetua que nadie sensato reclamaba y produciendo otras aberraciones sustantivas y también procesales. De verdad, siga haciendo campaña para cautivar a los indecisos y si llega a la Moncloa arregle lo que está estropeado, pero no estropee lo que intentamos arreglar entre todos.