Lo refrescaba ayer el viejo comunista Pepe Chimé. En octubre de 1960, durante un Pleno de Naciones Unidas, el enfurecido líder de la Unión Soviética Nikita Jrushchov golpeó uno de sus zapatos sobre el estrado de delegado exigiendo al presidente que llamase al orden al "adulador del imperialismo estadounidense", como definió al representante de Filipinas. En marzo de 1993, Xosé Manuel Beiras se mostró en desacuerdo con la iniciativa del PP, gobernante en Galicia, de modificar la Ley del Parlamento y expresó su descontento golpeando en su escaño con un zapato. Ayer tomaron el relevo sus discípulos aireando sus zapatos en el mitin celebrado en el salón de plenos de Cangas para protestar contra lo establecido y anunciar un tiempo nuevo. Estaba Beiras, pero ya optó por no arriesgarse a un resfriado.
Odiosas comparaciones
Que ya se sabe que cada vez que hay elecciones afloran los espías para contar el número de asistentes y establecer comparaciones que difieren si se hacen en público o en privado. Pues, más allá de si hubo más o menos que en otros, el salón de plenos se llenó ayer y cierto es que se palpaba alegría ajena al espectáculo enlatado.
