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El meollo

El PGOM al revés

El meollo de la cuestión está en vislumbrar hasta donde va a llegar la oposición municipal con su comisión especial para impulsar un nuevo plan urbanístico, y saber qué es lo que va a sacar en limpio cuando todo acabe, teniendo en cuenta que sus posibilidades de conseguir algo son menos que remotas, por no decir que nulas. Las cosas como son y todos ellos lo saben bien.

Jamás hasta ahora en ningún municipio español se ha dado el extravagante caso de que la oposición municipal, totalmente variopinta por cierto, lograse la aprobación de un plan de ordenación sin contar con el equipo de gobierno.

Esto solo pasa en la aldea global de Lorix y Mosquerix, donde sigue vigente un PGOM del siglo pasado. Por cierto un proyecto urbanístico que el BNG rechazó de plano en 1989 con descalificaciones altisonantes del actual alcalde que hoy producen vergüenza ajena.

Nunca en la historia de Pontevedra se prolongó tanto la vida artificial de un PGOM, instrumento por excelencia para el desarrollo urbanístico de cualquier ciudad.

La comisión especial para la elaboración del PGOM se formó sobre arenas movedizas, que impiden la fijación de cualquier pilar sólido. No empezó bien con esa nominación imprevista de María Rey (Ciudadanos) como presidenta, en detrimento de Luís Rey (Marea), que era el candidato previsible. Y siguió peor con la designación de Carmen da Silva (BNG) como vicepresidenta; o sea el enemigo en casa y encima con rango.

Como María y Luís no son primos pese a ser Rey, ni tampoco amigos, menos aún después del rifirrafe del lunes pasado, y como la colaboración de Carmen va a consistir en poner chinitas en el camino, no hace falta ser adivino para anticipar el embarrancamiento de esta comisión imposible.

Solamente falta ponerle día y hora a su disolución por pura inanición o impotencia. Mejor que unos y otros guarden sus bienintencionados esfuerzos para otras realizaciones más asequibles a sus limitadas fuerzas divergentes.

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