Casi a diario los medios de comunicación nos anuncian revolucionarios avances científicos y tecnológicos que, generalmente, apreciamos en función del grado en que nos atañen o la cercanía en que se producen; por lo que en la mayoría de los casos la noticia se difumina sin dejar apenas poso. Calibramos la importancia de la penicilina cuando por primera vez nos la inyectaron para abortar una infección.
Y como en el caso de la penicilina, creo que es exigible la ponderación de la buena nueva que hoy trato de glosar, porque a su valor intrínseco se añade su origen vigués.
Por eso y aun a riesgo de gafarlo recordando la frase del presidente Zapatero al referirse al sector financiero español, me atrevo a afirmar que lideramos la champions league del automovilismo al poner en circulación la viguesa Citroën un primer coche que no precisa conductor; es decir, un automóvil al que se le añaden los apellidos de autosuficiente y auto dirigido .
Con ello, de nuevo Vigo asume su función de motor de Galicia y pone en marcha un ilusionante tren enganchando a la locomotora de Citroën los indispensables vagones de nuestro entorno y posicionándonos con caracteres destacados en el mapa de la innovación automovilística.
Quedamos realmente impactados por este sensacional logro de la ciencia y tecnología, pues no es fácil asumir que entrelazando unos materiales inanimados se puedan resolver los problemas que se le presenta al sofisticado cerebro humano cuando conduce un vehículo: frenar, acelerar, girar, señalar cambios de carril, respetar prioridades de paso, obedecer a los semáforos, etc. Supongo que al robotizado conductor no le interesaran los avatares de las ligas de fútbol y no se preocupará por el funcionamiento del limpiaparabrisas ni las pruebas de alcoholemia
Al margen del aporte tecnológico, el evento marca con grandes e indelebles letras la favorable venta de la marca de la factoría viguesa e incluso de toda la ciudad. Afortunada, también la impresión en los laterales del coche del mapa de España sobre el que destaca la ruta Vigo-Madrid, con indudable efecto publicitario y al que dedicaron amplios espacios la prensa escrita, la radio, la televisión y, naturalmente, internet .
Este primer ensayo-test de eficiencia es solo la punta del iceberg de un programa mucho más amplio que el próximo año contará con 16 prototipos; manteniendo a Vigo como punto de referencia en la carrera para el desarrollo de los novedosos vehículos autónomos.
La reciente y documentada información que ha ofrecido Faro de Vigo sobre el modelo de fábrica excelente de PSA confirma que acierta el Sr. Yann Martin, director del Polo Ibérico de PSA, al afirmar que van a transformar el sector, porque, evidentemente, ya lo están haciendo, como lo acredita la exitosa meta ya alcanzada, que deja claramente patente que PSA de Vigo es algo más que una mera factoría de montaje de coches y que con el apoyo tecnológico generado en el entorno y, sobre todo, con la participación del Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG), se está abriendo una ventana al futuro para que éste ilumine el nombre de Vigo con rutilantes destellos.
