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La semana de A Ferrería

Un orgasmo chino a la espera de parto

Mientras Lores representaba a Pontevedra en China, aprovechando el enésimo premio al modelo urbano, y se reunía con empresarios del país asiático para intentar convencerles de las oportunidades de negocio que ofrece la ciudad del Lérez, el mismo día el Consello Económico y Social (CES), que integra a las fuerzas vivas de Pontevedra, se reunía en el consistorio capitalino para analizar la situación del municipio. En su transcurso la patronal y los sindicatos demandaron al gobierno local políticas de empleo ante el elevado paro existente, a la vez que alertaron de la falta de iniciativas industriales en la capital. Una triste paradoja.

El CES llevaba 16 meses sin ser convocado por el grupo de gobierno cuando estamos atravesando una crisis de grandes proporciones que aboca a Pontevedra a una inasumible tasa de paro. Lores y el BNG llevan gobernando 16 años y en este tiempo la crisis se ha dejado sentir en la capital de la provincia con mayor virulencia que en el resto de las ciudades gallegas.

Las fuerzas vivas coinciden en que ha de ponerse freno a esta situación, mientras el gobierno local ha estado mirando para otra parte, como si su responsabilidad se limitase tan solo a la reforma de las calles. Aquí no ha existido un plan estratégico y ni siquiera una alternativa para la tan exigida marcha de Ence. Simplemente han enseñado a centenares de trabajadores la puerta de la oficina del Inem. Y eso es muy duro, especialmente para los 3.354 hogares pontevedreses que tienen a todos sus miembros en paro, el doble que hace cinco años.

Con todo esto, bienvenidas sean las reuniones tendentes a potenciar el tejido industrial de esta empobrecida comarca, sea aquí o en China, y más sabiendo lo que supondría lograr inversiones del país asiático en Pontevedra, como ya se están consiguiendo en otras zonas de España y de Galicia. Este nuevo premio al modelo urbano y el costoso viaje estaría justificado si se alcanzan acuerdos en un plazo razonable de tiempo y no se queda todo en una cena de fin de fiesta de este salón del automóvil que congregó el evento, en donde, junto con Pontevedra, se han premiado a otras 39 ciudades.

Si no se tiene en cuenta a las fuerzas vivas de Pontevedra, a las que se convoca cada año y medio, si no se respeta a nuestros empresarios, si ponemos dificultades a quien quiere instalar su empresa en la capital, si queremos echar a la poca industria que tenemos, cómo podemos pensar que inversores extranjeros se planteen instalarse aquí.

Ojalá que este orgasmo chino vivido por Lores y su séquito sea real y no un sueño de una noche y todo acabe en un buen embarazo y posterior parto que nos traiga grandes empresas a Pontevedra. Pero, para lograrlo ha de haber una política industrial consecuente que pase primero por cuidar lo que tenemos en casa, apoyar a los emprendedores, hacer cursos de formación, revitalizar los polígonos empresariales y dar las facilidades y garantías necesarias para ofrecer confianza al inversor, y a partir de ahí será más fácil que lleguen empresas foráneas con el consiguiente beneficio para el comercio, la hostelería...

Esperemos un buen parto y si llega en nueve meses mejor. Ese sí sería un buen brindis.

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