Hace 38 años, los días 30 de abril y 1 de mayo de 1977, la Sociedad de Pediatría de Galicia (SOPEGA) celebró en Ourense su XXVII Congreso Científico Anual - en aquellos años todavía bajo la denominación de Reunión Científica-. Era la segunda vez que esta Sociedad se reunía en nuestra ciudad. La SOPEGA se había constituido en la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela el 6 de marzo de 1950, bajo la Presidencia de su fundador el Profesor Manuel Suárez Perdiguero. El domingo 10 de junio de 1956 se había desarrollado el VII Congreso Científico Anual, en el salón de actos del Colegio Oficial de Médicos de Ourense (ubicado en el entresuelo de la casa de los Conde en la calle General Aranda, hoy Alejandro Outeiriño), al que ya me he referido en uno de estos artículos (Faro de Vigo, 04.08.2015). Participaron en aquella primera reunión un total de 18 pediatras gallegos, de los que cuatro eran ourensanos: Julio Freijanes Malingre, Antonio García Martínez, José Mato Prada y Federico Martinón León, a los que se unieron un grupo de médicos locales que con los mencionados sumaron una treintena. Las sesiones fueron presididas por José Luis García Boente (jefe provincial de Sanidad), Casimiro Diz Lois (presidente del Colegio de Médicos) y Manuel Suárez Perdiguero, Manuel Fontoira Peón y Amaro López Socas (presidente, vicepresidente y secretario, respectivamente, de la sociedad pediátrica gallega). Por lo tanto habían transcurrido nada menos que 21 años sin que Ourense fuese sede de ninguna actividad pediátrica institucional. No sé si tanto tiempo distado era una muestra más de las reticencias, olvidos o falta de iniciativas a los que siempre ha estado sometido Ourense. Lo cierto es que el que les escribe en 1977 había sido designado vocal por Ourense en la junta directiva de la Sociedad de Pediatría de Galicia que presidía Rafael Tojo Sierra, y acababa de revalidar, mediante concurso-oposición, su jefatura del departamento de Pediatría en el aún no inaugurado Hospital Materno-Infantil "Infanta Elena". Consciente de su responsabilidad reclamó la celebración del congreso en nuestra ciudad. Su propuesta fue aceptada de buen grado por sus colegas gallegos. Contaba la Sociedad con 302 miembros numerarios, de honor y jubilados. Quiero dejar constancia de tal evento por tres razones. La primera porque, por motivos que ignoro, no se levantaron o se perdieron las actas del congreso, con lo que no queda testimonio escrito. La segunda, porque constituye la propia intrahistoria de la Pediatría ourensana y gallega. Y la tercera, porque puede ser curioso e incluso gozoso que los que sobrevivimos aquellas jornadas recordemos algunos de sus pormenores. Cuento para ello con una carpeta en la que reuní en su día toda la documentación, el programa y algunas fotografías de los actos.

Lo primero era formar un Comité Organizador para lo que convoqué a la totalidad de los pediatras ourensanos de ese momento, un total de 19. En la capital ourensana ejercíamos 16: Antonio Fernández Fernández, Antonio García Martínez, José Luis García Rodríguez, Luis Gallego Domínguez, Nicasio López Peteiro, Alicia López Rodríguez, Luis Mangana Conde, José Mato Prada, Federico Martinón León, Federico Martinón Sánchez, Guadalupe Palacios Martín, José Manuel Pérez Rodríguez-Cuesta, Gloria Sánchez Borrajo, Blanca Sánchez Martínez, José Manuel Tabarés Lezcano y Antonia Vidal Adán. En O Barco de Valdeorras estaban establecidos Florencio Cobo Gómez y Julio Gurriarán Canalejas. Y en Ribadavia trabajaba José María Vázquez Pérez. A ellos sumé a Manuel Michelena del Riego y José Armesto Prieto, que aunque no eran pediatras pertenecían a la sociedad pediátrica por sus aportaciones científicas a la misma. Asimismo eran miembros honoríficos jubilados: Leoncio Areal Herrera y Julio Freijanes Malingre. De la totalidad actualmente siete quedamos vivos y solo dos en el ejercicio activo de la profesión. La respuesta fue de buena colaboración, salvo dos excepciones, por desconsideraciones, que no vienen al caso. Es justo que destaque el apoyo decidido que, en mi calidad de presidente, tuve del doctor Fernández, así como la muy eficaz ayuda de los doctores Michelena y Armesto y del delegado farmacéutico Manuel Areán González, artífice de todos los aspectos logísticos.

Se elaboraron 400 ejemplares de un completo programa, cuyo diseño era original y muy atractivo para aquella época. Ejecutó su impresión Gráficas Olympia. En la portada se representaban tres molinillos de papel y en la contraportada el escudo de la Sociedad. En el contenido figuraban detallados los programas científico y social. Asimismo la Cerámica Sargadelos diseñó y elaboró una tirada limitada de platos conmemorativos de porcelana, empleando como colores básicos el azul y el dorado, y con los que se obsequió a los participantes -hoy son objeto preciado por coleccionistas y ofertados en diferentes subastas-. El fotógrafo Antonio Salas se encargó de las proyecciones, filmación y utillaje auxiliar y lo hizo de forma impecable. La agencia oficial fue Viajes Olyma, SL. Los autocares para los desplazamientos fueron los de Amancio Rodríguez Méndez. Confeccionó la cartelería Joaquín Vergara.

El presupuesto de gastos se sufragó con las cuotas de inscripción y las aportaciones de los organismos oficiales y de algún laboratorio -estos en lo referente a la parte científica-. El Congreso recibió el "Privilegio de oficialidad" de la Dirección General de Sanidad del Ministerio de Gobernación -no existía Ministerio de Sanidad ni otro tipo de reconocimiento legal o universitario-. Asistieron y participaron en el Congreso 96 pediatras y 65 acompañantes.

Las sesiones científicas tuvieron lugar en el salón de actos del "Ateneo", situado en el edificio "Torre de Ourense". En el escenario aparecían las banderas de España y Galicia. Eran presidente y vicepresidente del "Ateneo" Manuel Albendea y Gómez de Aranda y Juan Raposo Picón, respectivamente, quienes nos dieron todo tipo de facilidades. Fue tema principal Patología Pediátrica del Aparato Respiratorio. Participaron como invitados el profesor Manuel Suárez Perdiguero (en esos años catedrático y rector de la Universidad de Sevilla), con la conferencia "Algunos problemas de la patología respiratoria de la infancia", y el profesor Manuel Crespo Hernández, con el tema "Alimentación endovenosa y patología pulmonar neonatal". Los pediatras de toda Galicia presentaron un total de 28 comunicaciones, de las cuales cinco habían sido elaboradas o dirigidas por mí mismo en el ámbito extrahospitalario. Nuestra aportación rompería el fuego de una actividad posterior, después de 21 años de impase que, sin falta de modestia, podría calificarse de frenética, si bien el mérito es el del equipo cohesionado y eficiente que tuve el honor de comandar. De ello dan testimonio las memorias sucesivas del Departamento Pediátrico de Ourense, a lo largo de 35 años. Mas no corresponde hablar hoy de ello, tiempo habrá.

No faltaron los actos sociales habituales -diría "obligados" en esos años-, que planificamos lo mejor que supimos y pudimos. Durante la tarde del día 30 de abril los acompañantes hicieron una visita guiada al monasterio de Oseira, desconocido para una mayoría que quedó admirada de su grandiosidad y valor artístico. Al término de la visita fueron obsequiados con un refrigerio, compartido con los monjes de la comunidad cisterciense. La noche de ese mismo día, congresistas, acompañantes y autoridades civiles y sanitarias participamos en una cena de confraternidad en el Pazo de Ramirás. Las instalaciones fueron cedidas por presidente de Club Tenis, Julio García y García. Se encargó del servicio, y lo hizo de forma admirable, Ángel, el conocido restaurador de origen zamorano, que primero lo fue de la Finca Sevilla y después del Restaurante Biher. Terminada la cena tuvo lugar un animado baile amenizado por la Orquesta Fusión. Formaban parte de la misma los muy populares hermanos Adolfo y Adalberto Cudeiro, integrados durante un tiempo en la orquesta de Antonio Machín, con el que recorrieron varias veces España y del que hablaban con reverencia. En el transcurso de la fiesta se sorteó un cuadro del genial pintor Manuel Prego de Oliver.

A lo largo de la mañana del 1 de abril, los acompañantes hicieron un recorrido por la zona monumental de Ourense guiados por el experto José González Paz (Pepe do Fernando), que sorprendió a todos por sus conocimientos y simpatía. Terminadas las jornadas del congreso, la totalidad de los participantes, dada la coincidencia de la festividad dominical, asistimos a una misa en la capilla del Santo Cristo de la catedral, oficiada en lengua gallega por expresa autorización de moseñor Temiño, cursada por su canciller-secretario don Modesto Alonso Touza. Durante la misma cantó la laureada "Coral de Ruada", bajo la dirección de Manuel de Dios. Finalmente todos nos reunimos en un almuerzo de despedida en el espléndido comedor principal del Hotel San Martín, hoy lamentablemente desaparecido.

Y termino con una anécdota. Conocedores de que el doctor Suárez poseía una extraordinaria colección de imágenes del Niño Jesús, en su casa de Sevilla, le obsequiamos con un ejemplar excepcional del siglo XVII, adquirido en un anticuario ourensano. El maestro falleció sin descendencia e ignoro a dónde habrá ido a parar la colección y con ella el Niño Jesús ourensano, que con toda probabilidad perteneció a nuestro patrimonio. Menos mal que en la actualidad las cosas han cambiado de modo sustancial. En fin?