Así pues, dicho con todo respeto y sin intención de meterse en camisas de once varas, parece procedente expresar extrañeza por esa decisión del señor juez Velasco de llamar a declarar a los dos máximos dirigentes gentes del BNG en una causa por terrorismo. Cierto que se les cita como testigos, pero aún así sorprende; no hay muchos precedentes de que aún en los peores años de la violencia se hubiese citado a la cúpula de un partido democrático y legal.
(Porque, y es importante insistir en eso, el Bloque es una organización con esas dos características. Ha condenado la violencia cuando ha surgido y, si bien es cierto que no pocos aquí le reclamaron términos más severos, no lo es menos que no se puede deducir de su actitud algo que le haya relacionado con Resistencia Galega y sus bombas, amenazas y agresiones. Y la cita, quizá irreprochable en términos procesales, podría ser equívoca.)
La sorpresa es tanto mayor cuanto que se llama a los señores Vence y Lobeira a prestar testimonio en pleno desarrollo de una campaña electoral a la que el BNG se presenta con listas propias. Y esa coincidencia -con toda probabilidad sólo eso- puede desencadenar efectos negativos para sus legítimos intereses: no en vano la sabiduría popular acuñó en el refranero aquella frase acerca de que "las apariencias engañan". Y perjudican.
Que algo de eso puede haber lo demostraría la decisión, en otro caso y de contenido distinto, del Tribunal Supremo cuando llamó a declarar a dos expresidentes de la Junta de Andalucía. Fijó las citas en fechas no coincidentes con las elecciones regionales, seguramente para evitar equívocos, y a casi todo el mundo -tanto de la política como de lo demás- le pareció algo razonable.
Queda dicho lo de la conveniente atención a las apariencias porque en ocasiones su descuido puede provocar malos entendidos. Y en lo que a la Justicia y sus formalidades se refiere pasa lo mismo que con la democracia y las suyas; que a veces son casi tan importantes las formas como el fondo. Lo han dicho tratadistas de prestigio indiscutible y nadie hasta ahora los ha rebatido con igual o parecida autoridad.
Expuesto todo ello, que no es sino una opinión, procede añadir alguna otra reflexión. La primera, desde luego, que la operación que llevan a cabo el magistrado y la Audiencia Nacional contra Resistencia Galega es útil v necesaria. La segunda porque no sólo va a separar el grano terrorista de la paja dialéctica sino que evita la confusión -que sólo beneficia a los violentos- entre lo que se puede y se debe hacer en democracia y libertad y lo que es propio de la barbarie.
¿O no...?
