Un siglo después de crearse los Jardines de Vincenti, las espléndidas palmeras canariensis que luce corren el peligro de desaparecer a causa de una aniquiladora plaga que seca y derriba estos árboles. Algunas de estas especies arbóreas situadas en otras zonas de la ciudad, como en Lourizán o la que se puede ver en Cobián Roffignac, detrás del convento de San Francisco, ya se han perdido, como informó FARO.

La desaparición de esta treintena de árboles en Las Palmeras sería un daño tremendo por lo que representa este pulmón verde para la ciudad.

Sin embargo, Pontevedra goza de un centro de gran prestigio, la Estación Fitopatolóxica do Areeiro a quien habrá que encomendarse para salvar este precioso lugar donde los pontevedreses acuden a diario a disfrutar de cada rincón. Los técnicos de esta Estación pontevedresa trataron el pasado año los enfermos árboles del Parque del Retiro de Madrid que se caían sin explicación alguna llegando a causar alguna que otra víctima. Por eso, con profesionales de este calibre cabe confiar en que las palmeras seguirán con nosotros muchos más años.

Concello, Xunta y Diputación deben volcarse en la salvación de estos árboles que forman parte de la fisonomía de esta ciudad, de ahí que el propio Concello decidiese en su plan de modelo urbano plantar palmeras en la calle Gutiérrez Mellado para unirla a estos hermosos jardines.

Otra de las noticias de la semana es que al final con un lustro de retraso la Xunta ha decidido atender la demanda de los vecinos de Noalla y construir una senda peatonal y ciclista en un tramo de cerca de tres kilómetros en A Lanzada. Sin tiempo no era. Lo lamentable es que tiene que haber una campaña electoral por medio para que se tomen estas decisiones. Es una mínima obra en comparación con lo que hosteleros y vecinos vienen reclamando con la mejora de la PO-308 entre Portonovo y A Lanzada, en cuyos nueve kilómetros se concentra el 50% de la oferta turística de Sanxenxo y donde la presión de tráfico en verano es brutal, y a nadie se le ha ocurrido hacer ni aceras, ni pasos de peatones... Y tenemos que oir a nuestras autoridades reclamar prudencia a los conductores y rebajar los límites de velocidad para evitar accidentes.

Y en el consistorio capitalino se sigue deshojando la margarita para saber si el gobierno de Lores podrá aprobar el presupuesto. Por lo que se deja entrever PP, PSOE y Marea los rechazarán y queda Ciudadanos y su concejala María Rey por decidirse. Lo iba a hacer esta semana pero una indisposición nos ha dejado sin conocer su posicionamiento. De confirmarse su voto favorable, los militantes díscolos de su partido le volverán a acusar de ser el concejal número 13 del BNG. María Rey se defiende argumentando que su partido está para favorecer la gobernabilidad, sea el partido que sea.

A muchos ciudadanos le puede chirriar este acuerdo entre dos fuerzas opuestas, pero a pocos se les escapa que Lores y los suyos traen en palmitas a María Rey desde el día siguiente de las elecciones cuando las urnas le dejaron a un edil de la mayoría absoluta. Y ella se deja querer.