Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿París lo cambia todo?

Cuando apenas se ha digerido el impacto generado por el atentado terrorista del 13-N en París, que causó la muerte a 129 personas tras la acción de miembros de Estado Islámico (EI), la pregunta es si provocará un antes y un después en la vida de los franceses (y, de rebote, en el conjunto de los europeos).

Tras la enérgica reacción de las autoridades galas, podría parecer que sí. Y no necesariamente a mejor: después de la solemne llamada al resto de aliados europeos para combatir a EI en Siria (en colaboración con Rusia), se añade un endurecimiento de los controles de seguridad a nivel interno, amparado por un estado de emergencia previsto durante tres meses.

Pero ya se atisba que, tras las unánimes muestras de solidaridad con Francia y el dolor de sus víctimas, va a ser muy difícil la concreción de una alianza internacional que arrincone, con eficacia, a los combatientes de Estado Islámico en las zonas que controlan. EE UU ya ha dejado claro que no quiere tropas sobre el terreno, mientras Rusia quiere colaborar pero sin que se ponga en cuestión su apoyo al presidente sirio, Hafez el-Assad.

Por lo que respecta a Europa, los ciudadanos del continente empiezan a asumir una realidad que se evidenció cuando los terroristas actuaron en zonas de ocio y restaurantes: pese a las llamadas a la calma y a no cambiar el "modo de vida occidental", para no otorgar la victoria a los que siembran el terror, el riesgo cero no existe. Y hay un porcentaje de gente, dentro de nuestras fronteras, que no está dispuesta a integrarse en sociedades democráticas y pluralistas. Cuanto antes se sea consciente de ello más pronto se podrán adoptar medidas realistas a la hora de enfrentarse a este fenómeno, que ha venido para quedarse durante muchos años.

Compartir el artículo

stats