No soy directivo, ni director general, ni secretario técnico. Soy Ramón Dacosta. Uno más. Y no más que nadie. En estos momentos asumo en primera persona la responsabilidad de la base en la Unión Deportiva Ourense, y aprovecho para dar las gracias a mi ayudante Pico.

La temporada pasada, cuando hablé con el doctor Cabaleiro para echar una mano en el nuevo equipo, mi contestación fue: "Con usted, como si hay que ir a Madrid a hablar con Rajoy. Para lo que quiera, aquí me tiene". Después, cuando me llamó mi tío Antonio para ponerme las botas, la verdad es que no lo veía claro, pero según pasaban los días me hacía ilusión, aunque me costó mucho decir que sí por la rodilla. Pero la verdad es que fue muy bonito lo vivido cada partido. Fue un experiencia impresionante y feliz. La llegada de jugadores como Tito Currás, Senén, Omar y todos los que se han incorporado nos hizo más fuertes. Confiamos mucho también en Adrián, nuestro delantero. Confío en este equipo. Y a los jugadores les digo que nunca dejen el mono de trabajo en el vestuario. No puede haber excusas. Hay que competir en todos los campos y despejar las dudas a nuestra gente.