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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La brecha

De modo que, leído -y oído- lo que dicen los expertos, alguien debería ocuparse aquí en buscar remedios aparte de diagnosticar los males. A ser posible, además, con un criterio de convergencia, porque de lo contrario no sólo acabarán unos y otros por volver loco al personal contribuyente sino por crear, cada cual con sus cifras y estadísticas, más confusión de la que ya existe. Lo que a nada bueno llevaría.

Viene a cuento el introito de los estudios que acaban de publicar gentes tan serias y capaces como las del Servicio de Estudios del BBVA y el Foro Económico de Galicia. Que coinciden, con matices, en que este antiguo Reino mejora, pero que discrepan -si bien ninguno lo hace constar- en los efectos. Sobre todo en uno que es esencial: los dos cálculos demuestran que la brecha económica entre Galicia, el resto de España, y Europa sigue creciendo.

Es verdad que puede surgir, y con razón, quien crea que ambas descripciones hacen exacto el aviso clásico sobre la importancia del color del cristal con que se miran los datos. Pero, a la vez, demuestran el acierto de quienes critican el sonsonete en que el PP asienta su campaña: que la economía va bien y que lo que procede es seguir como hasta ahora para no correr el riesgo de volver a los tiempos de Zapatero, como proponen desde el PSOE.

Parece obvio que hay mucho de verdad en la advertencia, pero -aunque otras opiniones son legítimas- también en que el gobierno actual sigue optando por la contabilidad antes que por la política y que eso, pese a que ofrece un saldo positivo, no sólo no ilusiona a un país fatigado sino que puede impulsar a una parte del electorado a buscar en otra parte lo mismo que le ofrece el PP pero con otras caras.

Todo ello es conjetura, desde luego, y en cualquier caso tendrá la legitimidad que le den las urnas -aparte otra operación, muy posible, como la posterior al 27-M, en que todo fue válido para apartar al más votado-, pero al final quedará un hecho irrefutable: que la brecha entre Galicia y los países más prósperos de su entorno es cada vez mayor y que eso, avisado, no parece a pesar de todo mover conciencias.

Por eso se solicita, con toda modestia y respeto, que junto a diagnósticos certeros, los estudiosos aporten remedios viables para abordar el problema e ir acortando distancias más deprisa. Lo que necesitará un esfuerzo común de proponentes y aplicantes, de forma especial en sectores como el empleo, donde más que brecha hay abismo. Sobre todo si, como hasta ahora, la Xunta mantiene -a saber por qué- su empeño de mirar para otro lado y apostar por la incompetencia.

¿Eh...?

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