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El meollo

Cumplir la ley

El meollo de la cuestión está en vislumbrar si, por fin, va a atajarse de una vez por todas, esa especie de ley del talión que impera en los mercadillos ambulantes.

De un tiempo a esta parte, algo tan aparentemente sencillo como la aplicación de la legislación vigente ha terminado por convertirse en un asunto extraordinariamente complicado. Todo a cuenta de una permisividad más allá del buen sentido común, a fuerza de mirar para otro lado.

La cumbre de alcaldes y concejales en torno a una "mesa de seguridad" que acogió la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, bajo la presidencia de Antonio Coello, habla por sí sola de la preocupación levantada.

Al inquietante problema de orden público en sí mismo se suma otro de actividad económica no menos importante. Y además llueve sobre mojado. En este caso, más que llover, caen chuzos de punta, con disparos incluidos.

Hace veinticinco años aproximadamente, cuando O Vao era el supermercado de la droga en Galicia, la primera autoridad provincial, Jorge Parada, anunció un solemne acuerdo con la comunidad gitana puesta en el disparadero: no más venta de droga en su hábitat. El mismísimo rey de los gitanos garantizó su cumplimiento entonces.

Muy pronto se puso de relieve que a aquel ingenuo gobernador civil, le dieron gato por liebre. Parada Mejuto sabía mucho de piratería (a sus libros me remito), pero poco de gitanería.

A la teniente de alcalde, Teresa Casal, por el contrario, no le vendió la moto, ni le dio el cambiazo Sinaí Giménez. La concejala socialista le echó mucho valor, pero pasó un calvario, y no sé yo si estuvo demasiado sola en aquella pugna tremenda.

Más recientemente, la Fiscalía General de Galicia trató de hacer borrón y cuenta nueva sobre el lío tan gordo entre "zamoranos" y "morones" que derivó en un éxodo forzado de cuatrocientas personas. De nuevo la ley gitana prevaleció a la ley constitucional en un caso de extorsión como la copa de un pino, según la atinada valoración de la alcaldesa de O Porriño, Eva García.

Ahora la Subdelegación del Gobierno ha anunciado un antes y un después en este asunto endemoniado, tras los compromisos asumidos por esa "mesa de seguridad". Más vale tarde que nunca, pero ya veremos qué pasa.

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