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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

El nuevo "can de palleiro"

Va de años, bastantes ya, que se viene trabajando en la selección del perro que en Galicia llamamos can de palleiro, ese que antes era el resultado de la lujuria entrecruzada de mil y un ejemplares que fornicaban por ahí a su aire y ahora se pretende convertir en prototipo de una raza autóctona. Al respecto, recuerdo haber escrito hace veinte años por lo menos un artículo sobre las exhibiciones llevadas a cabo en la Feira Agro-Gandeira de Celanova de 150 ejemplares a partir de los cuales se pretendían fijar las características del auténtico can de palleiro.

Y con la frivolidad propia del que no es genetista ni etólogo, tomaba un poco a broma la iniciativa y aventuraba la dificultad de fijar las características propias de una nueva raza subiendo por las ramas de un árbol genealógico injertado profusamente. El can de palleiro, escribía yo entonces, "es el resultado de una lujuria descontrolada, asilvestrada y errática y de la falta de criadores con criterio. En definitiva, el resultado zoológico de una sociedad rural pobre que necesita al perro como animal de compañía, de guarda y de caza. Salvo arar, el can de palleiro ha servido para todo, hasta para hacer recados. Se supo de algunos, bien adiestrados, que llevaban dinero al banco?".

Y ya en la parte final del artículo, para terminar la broma, contaba el caso de unos perros que aparecieron en el pueblo de Corme. Eran unos perros grandes, lanudos, pardos y destartalados que parecían hechos con remiendos de la piel de otros perros. Le pregunté a un vecino cuál era el origen de aquellos palleirones y me contestó que procedían del vecino pueblo de Laxe al otro lado de la ría. Al parecer, los traían de noche en barcas y los soltaban en la ribera solo con ánimo de incordiar y crear desconcierto. Cosas de la rivalidad vecinal.

Viene a cuento todo esto, de haber leído en este periódico que como consecuencia de la aparición de un can de palleiro en el anuncio de una conocida cadena de supermercados se ha provocado una demanda de estos ejemplares que rebasó todas las previsiones del Club de la Raza del Can de Palleiro, la entidad que agrupa a los 243 propietarios de perros de esa raza.

"La demanda se ha disparado -dice un portavoz de esa asociación- y nos llegan peticiones hasta del extranjero". No entiendo mucho de perros, pero por lo que puede verse en la foto que ilustra el reportaje, el palleiro recobrado es una mezcla de pastor alemán, husky siberiano, con orejas tiesas, abundantes lanas blancas y guapo de cara.

El problema, ahora, es que se ponga de moda, uno de los peligros que acechan a todas las razas de perros, ya que el exceso de crianza termina por afectar a los valores físicos y psíquicos del animal. En su precioso libro Cuando el hombre encontró al perro, el eminente etólogo austriaco Konrad Lorenz, premio Nobel de Fisiología y Medicina entre otras distinciones, alertaba a los criadores sobre los perjuicios que se derivan de la tiranía de la moda, "la más tonta entre las tontas".

Y hace un elogio del perro bastardo, que le parece el más listo de todos.

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