El meollo de la cuestión está en adivinar de qué hablaron y, sobre todo, qué convinieron la ministra Ana Pastor y el vicepresidente Alfonso Rueda durante su largo paseo nocturno tras compartir cena en el Liceo Casino durante la entrega de premios de los jóvenes empresarios.
El trayecto de un lado a otro de la ciudad tuvo que dar para mucho, a juzgar por el ensimismamiento de ambos en su conversación a media voz. No parecía una charla cualquiera. Cómo sería el asunto que el presidente portuario, José Benito Suárez, no quiso ser el tercero en discordia y optó por mantenerse a una prudente distancia. Otro tanto hizo el escolta de servicio.
La ministra y el vicepresidente saben bien que mis amigos y yo mismo fuimos sus compañeros de viaje, sin pretenderlo ni mucho menos buscarlo, durante buena parte del paseo en cuestión. Simplemente confluyeron nuestros caminos.
Una natural discreción impidió el saludo forzado a Ana Pastor y Alfonso Rueda para no interferir su fluido diálogo, y mucho menos afinar el oído al paso, a ver si caía alguna exclusiva. Ese no es mi estilo.
Sin embargo, mi perspicaz imaginación focalizó enseguida las tres cuestiones que la ministra y el vicepresidente podían traerse entre manos: la composición de las listas para el 20-D, los resultados electorales y la presidencia del PP en la provincia de Pontevedra tras el próximo congreso.
Solo unas horas antes el PP ratificaba a Ana Pastor como cabeza de lista por Pontevedra. Nada nuevo bajo el sol. Sin embargo en esta ocasión parte con la seria amenaza de perder un diputado por esta provincia. Eso no gustará nada a la ministra. De ahí la necesidad de elegir bien a sus acompañantes en las candidaturas al Congreso y al Senado.
Quizá Alfonso Rueda aportó al respecto alguna sugerencia sobre nuevas incorporaciones y posibles descartes. No lo sé.
Y qué decir del futuro político de Rafael Louzán, que desconozco si ya está o no escrito en el viento. Inevitablemente mi pensamiento voló también hacia esa patata caliente que planea sobre su próximo congreso, con el relevo del propio Louzán en el alero.
La ministra y el vicepresidente tienen la sartén por el mango, puesto que ambos son los principales referentes del partido en esta provincia. Quizá hablaron de eso la otra noche a mi lado, sin yo enterarme de nada.
