Fue siempre la ciudad de Ourense un vivero de grandes artistas, muchos de ellos injustamente olvidados. Y todavía hoy continua siéndolo. Sin embargo, aún habiéndolo sido y lo siga siendo, para nuestra ciudad no vino en su día, como tenía que haber sido, la Facultad de Bellas Artes, que se la llevó Pontevedra. Quizás porque ninguno de nuestros mediocres políticos de entonces se preocupó por ello. Es lo que pasó también con el cine, pues fue en Ourense donde nació la idea de crear un cine gallego en aquellas "Jornadas do Cinema" de los años 70, organizadas por el Cine Clube "Padre Feijóo", gracias al trabajo desarrollado por sus directivos Emilio Losada, Segismundo Bobillo, José Paz y Eloy Lozano, y desde fuera por Luis Álvarez Pousa. Sin embargo, una vez más perdió Ourense, y el CGAI (Centro Galego das Artes da Imaxem) se fue para Coruña y, lo que es más grave, siendo conselleiro de cultura un ourensano.

Es el eterno problema y el destino de nuestra ciudad en su devenir histórico. Aquí tuvimos estupendos artistas como Antonio de Puga, de la escuela del gran Velázquez, cuyo cuadro "O afiador" se conserva en el museo del Hermitage de San Petersburgo. A Francisco de Moure, con obra en la catedral. O ya más tarde a Jesús Soria, Ramón Parada Justel, Pepe Conde Corbal, Prego, Virgilio Fernández, José Luis de Dios, Luis Trabazo, el escultor Antonio Failde (al que venimos de dedicarle un artículo recientemente) y el genial pintor Jaime Quessada, desaparecido no hace mucho. Y entre los vivos, a Vidal Souto, Buciños, Baltar, Acisclo Manzano, Alexandro, José Cid, Maite Vázquez, Carmen V. Prats, Carlos Viejo, Ramón Conde, Florencio de Arboiro, César Prada y Zapata...

No hace mucho, en nuestro artículo dedicado a la Misión Pedagógica realizada por Nuestra Tierra entre el 11 de agosto y el 17 de diciembre de 1933, dirigida por Rafel Dieste, recordamos entre los dirigentes participantes de la misma a Cándido Fernández Mazas (1902-1942). Otra de las figuras ourensanas injustamente olvidadas, aunque la "Festa do Esquecimento" es más propia de Xinzo de Limia.

Mazas se incorporó como colaborador de Dieste en la Misión a finales de agosto de 1933. Y posteriormente fue el diseñador de los decorados teatrales y de los muñecos para los títeres y marionetas. Su hermoso cartel para el "Retablo de Títeres de las Misiones Pedagógicas" terminó por ser el oficial del "Patronato de Misiones". Más tarde participó en las Misiones realizadas en Asturias y en 1934 en las de las localidades segovianas de Turégano y Cantalejo. Es de justicia, pues, recordar ahora a este ilustre ourensano, pintor y literato de sensibilidad singular. Hijo de un oficial del ejército del cuartel ourensano llamado Nicanor Fernández Rodríguez y de su esposa Remedios González Mazas, Cándido nace en Ourense el 15 de diciembre de 1902, por lo que próximamente se van a cumplir los 113 años de su nacimiento. Sus primeros años infantiles transcurren entre la calle de la Amargura, la plazuela del Corregidor y el Campo de las Mercedes. A los 12 años ya se revela como un excelente diseñador y pintor. Por lo que frecuenta las aulas de pintura al óleo, acuarela y pastel del artista Virxilio. Después de terminar el bachillerato consigue trabajo en las fundiciones Malingre de O Couto. Participa también, de forma muy animada, en las tertulias con Xavier Bóveda, Álvaro de las Casas y Madriñán. Más tarde en las de Otero Pedrayo, Vicente Risco y Florentino Cuevillas, con los que discrepa muchas veces de forma ácida, sin embargo respetuosa para tan importantes figuras. Eugenio Montes descubre su talento y lo anima en sus lecturas filosóficas. Se apasiona por la filosofía de Kant, una vez que lee la Crítica de la razón pura. Que mucho nos recuerda al profesor Manuel Albendea, profundamente kantiano, que explicaba de forma didáctica, maravillosa, la filosofía del gran pensador alemán en el Instituto y en la Escuela Normal de Ourense. Más tarde comienza a leer los filósofos marxistas, Hegel y otros, y su pensamiento termina por ser una síntesis entre el idealismo kantiano y el pragmatismo marxista, con leves toques anarquistas y trotskistas.

La Diputación de Ourense le concedió a Mazas dos becas de estudios para viajar a París y estudiar en la Academia Grande Chaumière, en los años 1925 y 1927. En la misma Diputación se conserva del primero de estos años uno de sus más lindos cuadros pintados al óleo, el titulado "Ventana al campo". Como caricaturista Mazas es genial, colaborando en muchas publicaciones como La Zarpa, Alfar, El Pueblo Gallego, Ronsel, Gazeta de Galiza, Galaxia, Nueva España, el diario ourensano La República y Umbral. Diseña también hermosas portadas para libros de sus amigos.

Los jóvenes ourensanos, y en especial los que aman las artes, deberían conocer la vida y la obra de este artista ourensano tan singular, que por algún tiempo también fue maestro. Y que falleció refugiado en Castro Caldelas, de un derrame cerebral, el 15 de noviembre de 1942. Con cuarenta años, en plena flor de la vida, y dejando hechas las ilustraciones para un poemario de Sebastián Martínez Risco.

El arte de Fernández Mazas

La crítica lo incluyó entre los pintores gallegos denominados "Os Novos", como Maruja Mallo, Arturo Souto, Manuel Colmeiro, Carlos Maside y Manuel Torres Martínez. Considerados todos como los renovadores de la plástica gallega que rompen con el naturalismo y el pintoresquismo, propios de los pintores de la generación anterior, que querían reflejar las costumbres populares gallegas. En Mazas hay que buscar las claves estilísticas en la influencia que tuvo del artista Amadeo Modigliani, el fauvismo y el Art Decó. Para él fue muy importante el contacto que tuvo en París, en su primer viaje de estudios de 1925, con las más importantes vanguardias artísticas del país galo.

Es muy importante la labor de rescate que de Mazas hizo su hermano Armando, fallecido repentinamente en 1996, y un maestro republicano ejemplar perteneciente a la "ATEO" ourensana. Gracias a él se editaron varios libros en los que se recogen los modelos estéticos de Mazas, su humor gráfico, sus dibujos de París e incluso una novela inédita. Recomendamos a los ourensanos la lectura de estos libros y, en especial, el escrito por Armando, con sus artículos publicados en su día en las páginas del Faro, bajo el título de Ourense Atenas de Galicia. Carlos Gurméndez escribió también un muy interesante libro dedicado a Mazas, que fue publicado en su momento por Edicións de O Castro (Sada), del que aconsejamos también su lectura.