El malvado Tony Blair ahora aparenta ser un estúpido, lo que, siguiendo al historiador de la economía Carlo Cipolla, es peor. Recurro a la foto porque es lo que vemos. En lo demás, vamos a ciegas. En la foto del trío de las Azores la posibilidad de que toda la destrucción que iba a traer la segunda guerra del Golfo no fuera producto de la estupidez, que la maldad persiguiera algún beneficio, estaba en Blair.
Estados Unidos no intentó disimular sobre su cuadragésimo tercer presidente. Durante el triste mandado de Junior, el imperio no necesitó bufón y se suplió al emperador rodeando al chico de papá Bush con una panda de malvados de larga y contrastada trayectoria. De Aznar sabemos cuánto le gustan las grandes reuniones, sean para hacer una guerra, casar a una hija o recibir una medalla del congreso de los Estados Unidos gestionada por un "lobby" y pagada por los impuestos de los españoles.
Quedaba Blair, quien desde que se ha hecho católico pide perdón más que el Papa. La última vez, porque "no supo ver las consecuencias" que traería aquella invasión y que una de ellas iba a ser la aparición del Estado Islámico, el 3.0 del terrorismo, y de todo el desequilibrio de la zona. Tony aún llama "informes equivocados" a lo que él sabe que eran mentiras calificadas como informes y eso es una traza de maldad en el contenido de idiotez que reconoce ahora. Aún cabe la posibilidad de que Blair sea un malvado que se hace el estúpido ante la amenaza del informe de John Chilcot, el independiente al que se encargó investigar la participación del Reino Unido en Irak. El cierre del informe se ha retrasado otra vez pero mientras Blair se presente como estúpido flagrante deberían quitarle de cualquier asesoramiento nacional e internacional. Por cierto, Aznar cobra un pastizal por sus asesoramientos. En España no se investigó la participación en la guerra de Irak pese a sus consecuencias.
