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Personajes entrañables y pintorescos

Toñito Patata, el "Elvis ourensano"

Son tantos los ourensanos populares del pasado que se agolpan en nuestra memoria, que es una muy difícil tarea decidir por cual empezar. Al final nos hemos decidido por Toñito Patata. Fue el que más conocí. Una tarde cualquiera, no sé cómo, iniciamos una conversación sobre religión, tan larga que puestos a andar desde A Alameda, llegamos al rincón de mi casa en la calle Corredores nº 12 de A Carballeira, donde nos reuníamos los coleguitas para arreglar el mundo o para los ensayos del futuro grupo musical "The Every Brothers".

Era un mocetón de complexión fuerte, tirando a alto, de tez morena y con un cierto parecido famoso Elvis Presley. Entre otras cosas, su bondad, su cariño y su ayuda hacia los demás lo convertían en adalid de cualquier caso o causa que se le solicitase. Por si fuera poco, estaba dotado de un físico y constitución atlética que nada tenía que envidiar a cualquier campeón olímpico de revista, además de gran nadador y destacado deportista en disciplinas de riesgo? todo un fenómeno.

A veces el sino, la vida, las circunstancias, el ambiente, el lugar etc? hacen que hayas nacido en el sitio y momento equivocado. Éste es sin ningún lugar a dudas uno de éstos casos sangrantes de nuestra prepotente condición humana. Toñito Patata fue pues una persona adelantada a su tiempo, es decir, fuera de lugar, en el que la incomprensión, necedad, bajeza, ignorancia e intolerancia del ambiente social que le rodeaba relegaron a Toñito Patata a personaje de mofa y befa, ninguneando su bonhomía y su arrojo para prestar ayuda desinteresada a quien lo necesitase.

Toñito Patata, que era pariente de los Seoane, además ser muy guapo el cabrón, tenía dotes de comunicador, poseía una inusual destreza para camelar a las mozas por su simpatía y desparpajo, que hacía que su compañía no cansase nunca y se fueran las horas volando escuchando sus fantásticas ocurrencia, sobre todo en las inmediaciones del río Miño de los puentes, cerca de donde vivía, "no Ribeiriño", y de donde tenía su zona habitual de operaciones.

Era todo un espectáculo verlo tirarse desde una de las cepas del puente nuevo y alguna ocasión desde lo alto de la carretera. Hasta los peces envidiaban sus habilidades para la natación, buceo incluido. Fueron incontables el número de ahogados que a pleno pulmón saco del Miño y otros tantos que salvó de morir ahogados, pero eso nunca contó para nadie, ni el más simple agradecimiento? era su deber ? "é para o que vale?" decía la chusma que le rodeaba.

Como artista era genial, como cantante, como actor y como modelo, en cualquier lugar o festejo exhibía su buen hacer y su arte, todo "un showman de categoría, ingenioso, picante, lleno de gracia y de ironía, sabía agradar al público", o como se dice ahora un multifunción.

Era habitual que se le invitara a subir al palco a cantar, cuando acudía a alguna fiesta, cosa que a Toñito Patata le encantaba porque así podía mostrar sus facultades artísticas y dotes de actor-modelo.

Los que le conocieron, recuerdan el ingenio y creatividad que poseía para ir siempre por delante de la moda, de hecho medio Orense estaba pendiente del modelo o conjunto que iba a vestir, sobre todo entre las féminas, para copiarle e ir así a la última.

Toñito Patata era cataléptico, y lo enterraron vivo por error creyéndolo muerto, aseguraba el enterrador del cementerio. Así fue el triste fin de un ser nacido para hacer el bien, sin pedir nada a cambio, que nos dejó un hermoso legado? su humanidad.

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