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Otero Pedrayo, modelo de educador

El día 10 de abril de 1976 fallecía en esta ciudad Ramón Otero Pedrayo, uno de nuestros intelectuales más preclaros. Hace, por tanto, un poco más de 39 años que nos dejó físicamente y sus cenizas reposan en el cementerio de San Francisco. De sus múltiples facetas culturales como escritor, conferenciante, orador, articulista en numerosas publicaciones periódicas, la de educador es la menos estudiada. Siendo como fue uno de nuestros educadores más importantes y un modelo de pedagogo teórico y práctico. Este año de 2015 vienen de cumplirse los 104 años de su ilusionante vuelta a su querida ciudad de Ourense, después de hacer sus estudios superiores en la Universidad de Madrid. Al llegar Otero a Ourense se va implicando en la vida cultural ourensana y en muchas de sus instituciones. Entrando ya en 1914 en la directiva del Ateneo y en 1917 en el consejo de redacción de La Centuria. Un año después, de la mano de Lousada Diéguez y de las "Irmandades da Fala", entra en el galleguismo. Su primer artículo de temática gallega lo publica el 13 de enero de 1918 en el diario local. A partir de ese momento nunca dejó de trabajar por Galicia, como bueno y generoso que era. Por concurso de traslados, en el curso 1920-21, pasa a ocupar la cátedra de Geografía e Historia del Instituto de Ourense, el mismo que hoy lleva su ilustre nombre. Hasta 1937, año en el que es represaliado y destituido, desarrolla una labor pedagógica y didáctica excepcional, reconocida por todas las generaciones de alumnos que pasaron por sus aulas.

Otero Pedrayo junto a un grupo de amigos entre los que se encuentra Vicente Risco // FARO

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Fueron diecisiete años de labor docente muy fructífera, periodo en el que sus estudiantes lo consideran como un "Maestro" con mayúsculas, inspirado, amigo de sus alumnos, comprensivo y tolerante, apasionado con sus explicaciones y su Tierra Gallega, flexible y cariñoso, siempre dispuesto a ayudar y, especialmente, un magnífico orador, manantial de palabras?Todos señalan que sus clases eran verdaderas y auténticas lecciones magistrales. Tema en el que coinciden luego también sus estudiantes de la Universidad de Compostela. En la que por oposición, una vez repuesto de su cargo docente, entra como catedrático de Geografía en 1950 y se jubila, por cumplir la edad reglamentaria, ocho años después, en marzo de 1958.

Pedagogo teórico

En un pequeño artículo como este es muy difícil condensar los principios educativo-didácticos del excelente modelo pedagógico teórico y práctico de Otero. Por ello, reseñaremos los que consideramos fundamentales. Todos sus libros y artículos, que fueron numerosísimos, tienen aspectos pedagógicos. Su libro titulado Ensaio sobre a Cultura Galega, publicado en 1954 en Lisboa por Guimarães Editora, es un libro modélico con propuestas todavía muy actuales para hoy. Pero también deben ser mencionados otros de sus importantes e interesantes libros, y entre ellos: la Historia de Galiza e tres volúmenes coordinada por él, publicada por la editorial Nós de Buenos Aires en 1962; el libro Pelerinaxes, editado en 1929, en el que se recoge la peregrinación realizada por Risco, Ben Cho Shey y el mismo, a la que, el 9 de agosto pasado, dedicamos un artículo en esta misma sección de nuestro Faro de Vigo; la Guía de Galiza publicada por Galaxia en sucesivas ediciones, que continua siendo modélica para conocer paso a paso las comarcas de Nuestra Tierra, y además sus estupendos libros de texto, publicados en A Coruña: Treinta y tres lecciones de geografía general (1929) y Síntese geográfica de Galiza, publicada por Lar en 1926, y Problemas y paisajes geográficos de Galicia, libro editado en Madrid en 1928. Además del excelente programa de "Curso en dez leiciós de Geografia da Galiza", para desarrollar en la Universidad de Compostela en el año 1933. Todos estos libros mencionados, de su autoría, constituyen un amplio y modélico elenco de prosa didáctica. Sin embargo, para analizar su pensamiento pedagógico, consideramos paradigmático su artículo publicado en 1930 en el número 138 de la revista gallega Céltiga, bajo el título de "Un deber do profesorado galego". Como publicó numerosos artículos, que lo convirtieron en un excelente polígrafo, fue editada una antología de los mismos bajo el título de Prosa miúda (1927-1934), en Ediciós do Castro en 1988. Con contenido pedagógico de esta antología podemos destacar los siguientes artículos: "Un eixo ético", "Paisaxe compostelán: a Residencia de Estudantes" (en el que propone lo que debería ser una auténtica residencia para los universitarios gallegos) y "A realidade galega", los tres publicados en el diario de Vigo El Pueblo Gallego, respectivamente en las fechas de 21-04-1929, 23-11-1930 y 01-01-1932. También los titulados "O estudante", "A chamada do Sul" y "Un deber do profesorado galego" (mencionado antes), los tres publicados en la revista Céltiga, números 130-31 del año 1930, nº 159 de 1931 y el tercero en 1930.

A continuación, de forma lo más didáctica posible, pasamos a reseñar sintéticamente los principios fundamentales del excelente pensamiento pedagógico de Otero, muy próximo al del modelo de las Escuelas Nuevas Europeas:

-Importancia de las cualidades humanas del docente o maestro, que debe de ser un modelo de conducta como persona.

-Optimismo pedagógico, y creer en la educación y en lo que se hace.

-Apreciar a los alumnos, confiar en los estudiantes y ser un verdadero amigo de sus alumnos.

-Alegría y humor en las clases, las aulas y la enseñanza, la mejor forma de atraer a los escolares.

-Afabilidad, comunicación abierta y sensibilidad en la relación docente-discente.

-Importancia de la palabra, haciendo discursos atractivos. Debates, coloquios, tertulias. Método socrático.

-Suprimir, si se puede, los exámenes y las notas y calificaciones, utilizando otros sistemas para evaluar. Está claro que Otero no aceptaría la actual Ley Wert, ni el infame modelo de las reválidas importado de USA.

-Realizar excursiones culturales, paseos escolares, itinerarios artísticos y de la naturaleza, para conocer Nuestra Tierra.

-El mejor recurso didáctico que existe es el entorno social y natural y lo que el contiene.

-Continuidad del proceso educativo, evitando los compartimentos-estanco de 1ª, 2ª y 3ª enseñanza.

-Importancia de la formación de tipo técnico, agrícola, comercial e industrial en su caso.

-En el Gimnasio, Liceo o Instituto (sic) dar una formación de cultura clásica y científica lo más completa posible.

-La Universidad debe ser creadora, con seminarios y laboratorios en los que además de la formación de la conciencia y de la técnica profesional, vivan todas las formas de superior cultura y todas las inquietudes desinteresadas. No repetidora, sino original. Enraizada en la Tierra, que opine y resuelva, que guíe y aconseje y que sea una entidad con vida.

-Incluir en el currículum, porque es de justicia, todos los temas gallegos: literarios, geográficos, históricos, artísticos, económicos, científicos, etnográficos y humanos.

-El material para la enseñanza lo tenemos delante, en Nuestra Tierra: los montes, los ríos, los bosques, los castros y sus leyendas, los cuentos populares, las iglesias, los monasterios, los refranes y dichos populares, los acontecimientos diarios, las fiestas, los oficios, los comercios, las ferias, la flora y la fauna y los distintos trabajos agrícolas.

-Una verdadera enseñanza debe partir de lo conocido, del entorno próximo, para ir a lo desconocido.

-Ánimo para todos los docentes gallegos y reconocimiento de su valor, de su trabajo y de su esfuerzo, dándole importancia a su incentivización.

-Importancia de la lengua y literatura gallega. Pero se debe saber enseñarla de forma adecuada, con buenos métodos y técnicas didácticas.

-Lograr un acuerdo entre todos para que en todas las clases, aulas y cátedras no se encuentre ausente la grande y vital realidad de Galicia, que nos envuelve y en la que respiramos como una atmósfera nuestra e insustituible.

-Se debe tomar como modelo educativo-didáctico para nuestra enseñanza, tanto en la forma como en el fondo, el del ilustre Dr. Cotarelo Valledor, llevado ya a cabo en la universidad compostelana allá por el año 1906.

-Amor a la Tierra y a todo lo que ella acoge: hechos, costumbres, naturaleza, idioma y gente.

(*) Educador social y animador cultural.

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