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Joaquín Rábago.

¿Qué tendrán los excomisarios para que se los rifen?

¿Qué tendrán los excomisarios y ex altos cargos de la Comisión Europea que parecen rifárselos las grandes empresas y las organizaciones ligadas a ellas una vez que abandonan Bruselas?

Creo que es una pregunta nada difícil de contestar: conocimiento de dossiers complicados, experiencia, seguramente; pero sobre todo una valiosísima cartera de contactos y capacidad de influencia, no siempre a favor del ciudadano.

Eso es lo que lleva ya tiempo denunciando en sus informes el Observatorio de la Europa Corporativa, que sigue de cerca las carreras de los miembros del Ejecutivo comunitario para llamar la atención sobre eventuales abusos de las llamadas "puertas giratorias", algo a lo que los medios por desgracia no prestan la debida atención.

El último informe que acaba de publicar esa organización se centra en los comisarios que abandonaron sus puestos hace un año junto al dos veces presidente de la Comisión, el portugués José Manuel Durâo Barroso.

Según esa organización, veintiséis comisarios que dejaron entonces Bruselas se han repartido un total de 115 puestos en consejos de empresas u organizaciones vinculadas al mundo empresarial, de los cuales 96 fueron oficialmente autorizados y 36 fueron tomados en consideración por el comité de ética.

En un anterior informe anterior para el Parlamento europeo se criticaban por insuficientes y opacos los mecanismos internos de control y equilibrio - eso que los ingleses llaman "checks and balances"-del código de conducta de la Comisión Europea. Todo el sistema, decía el informe, parece favorecer las carreras políticas de los comisarios en lugar del interés de los consumidores.

Ya al acabar sus trabajos la primera Comisión presidida por el portugués Durao Barroso, el Observatorio de la Europa Corporativa denunció el hecho de que políticos que se habían encargado de gestionar las secuelas de la crisis económica y financiera hubieran luego ocupado puestos en consejos de grandes aseguradoras o bancos.

De poco han servido, sin embargo, las llamadas de atención de las diversas ONG que estudian el cabildeo en Bruselas del "big business" si hemos de juzgar por el número de excomisarios que han vuelto a ocupar puestos, remunerados o no, en grandes empresas y organizaciones vinculadas tras abandonar sus cargos.

El propio Durao Barroso acumula actualmente varios puestos en distintas organizaciones, según el Observatorio, de los que el más destacado por su capacidad de influencia es el de miembro del grupo directivo de la conferencia Bilderberg, selectísimo grupo que invita anualmente a sus reuniones a puerta cerrada a destacados políticos, empresarios, banqueros y magnates de medios de comunicación.

Barroso, conocido como el cuarto hombre de la famosa foto de las Azores, junto a George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar, es también presidente honorífico del "European Business Summit", cumbre empresarial europea, que reúne a lo más granando del mundo de los negocios y de la política.

Pero de entre los que abandonaron la segunda Comisión Barroso y han pasado o vuelto a la empresa privada está su exvicepresidenta, responsable de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudanía Viviane Reding, que, además de europarlamentaria, está actualmente en el consejo de Agfa Gevaert y ha recibido autorización para sumarse al de la empresa minera Nyrstar.

Está también su excolega holandesa, la exvicepresidenta y excomisaria de Competencia y más tarde de la Agenda Digital Neelie Kroes, que ha pasado mientras tanto a integrar el consejo asesor del Bank of America Merril Lynch.

O el belga Karel de Gucht, que , como comisario de Comercio empezó a negociar con EE UU el polémico Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) y ha sido propuesto ahora para formar parte del consejo de la compañía de telecomunicaciones Proximus, la mayor de Bélgica, y podría sumarse asimismo al del banco privado Merit Capital.

Da igual que el excomisario sea de un país grande o pequeño; lo importante es que tenga buenos contactos, y así tenemos por ejemplo al esloveno Janez Potcnik, excomisario europeo de Medio Ambiente y que hoy preside el Foro para el Futuro de la Agricultura, creación conjunta de la Organización Europea de Terratenientes y de Syngenta, uno de los mayores productores de herbicidas y semillas y al que interesa la aprobación europea de los transgénicos.

En este, como en muchos otros casos, la Comisión autoriza los nuevos roles de sus exmiembros a condición de que no tengan que ver con los intereses comerciales de las empresas en cuestión, lo cual, se le ocurre a uno, tiene bastante de hipócrita.

Según el Observatorio, al menos ocho de los nuevos puestos que han pasado a ocupar los ex comisarios deberían haber sido denegados directamente por la Comisión mientras que la autorización de otros "revela actitud de cierto desdén". Desdén hacia los intereses de los ciudadanos.

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