Quedan dos meses para las elecciones generales y ya han resucitado viejas infraestructuras que habían guardado polvo durante años. O Salnés no se queda al margen de esta vorágine cuando las autoridades sacan aquellos viejos proyectos que dormían el sueño de los justos, como la Autovía a Pontevedra, el nuevo cuartel de la Guardia Civil de Fontecarmoa o el trazado ferroviario por el interior del Puerto, por poner algunos ejemplos.
En definitiva, que las urnas empiezan a abrir los cajones en los que durante mucho tiempo se guardaban ilusiones para una comarca que también quiere tener servicios del siglo XXI.
Resucitar la autovía a Pontevedra es fundamental para la comarca de O Salnés. Cierto que cuesta 80 millones de euros, pero también son 20.000 los conductores que la necesitan a diario y que economizarían tiempos, pero sobre todo seguridad.
Además Vilagarcía, ya como novena ciudad de Galicia, tiene el mismo derecho a prosperar que Narón, que le ha arrebatado el puesto en el ranking por el simple hecho de estar al lado de Ferrol.
La capital arousana debe reclamar esta deuda histórica tanto a la Xunta como al Estado, la primera que tiene que construir el tramo desdoblado hasta Curro y la segunda con las obras de la A-57.
No se trata de que Vilagarcía esté solo más cerca de Pontevedra sino del resto de España con una conexión directa con la Meseta a través de la A-52.
La comarca necesita reactivarse y para ello precisa de infraestructuras rápidas, especialmente para el transporte y, por tanto, para las empresas.
Esta misma semana, llegó al Puerto de Vilagarcía el primer cargamento de aceite de girasol para la empresa Abril que tiene su refinería en Ourense. Sería lógico que esa firma que ha apostado por la ciudad tenga cuanto antes una vía de comunicación rápida y segura, para que sea rentable su inversión.
Apostar por la industria es fundamental para el desarrollo de un pueblo. Pero para atraerla hay que darle condiciones cuanto antes.
