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El trasvase musical del Sumida al Curlew

A principios de 1956 Benjamin Britten y su pareja, el tenor Peter Pears, pasaron unos días en Japón. Allí presenciaron distintas obras del teatro medieval japonés, el teatro "noh". De ellas, la que más les impactó fue una de Juro Motomasa, creada en el siglo XIV, titulada "Sumidawa" o "Río Sumida".

A su vuelta a Inglaterra, Britten encargó al poeta William Plomer un libreto basado en esta pieza del teatral. El compositor decidió cristianizar la historia, mantener la época medieval y ambientarla en la ribera de un río ficticio: el río Curlew.

El argumento es muy interesante: unos monjes recorren la Inglaterra medieval representando "misterios religiosos" ante los fieles. En esta ocasión nos cuentan la historia dramática de una mujer loca, una madre que perdió a su hijo pequeño en la ribera del río Curlew y de cómo lo busca desesperada desde hace un año. Los monjes representan todos los personajes de la historia por lo que, como sucede en el teatro medieval japonés, un hombre dará vida a la protagonista femenina de la obra. Un papel maravilloso, "Madwoman", reservado para el tenor Peter Pears en el estreno de la ópera y en la grabación de DECCA que dirigiría el propio Britten.

Desde el punto de vista musical, en "Curlew River" podemos apreciar la típica polifonía oriental y las distintas variaciones aplicadas a una línea melódica, lo que nos lleva a una conexión musical entre dos culturas tan distintas: la japonesa y la inglesa. Los cantantes principales y el reducido coro, están obligados a afrontar esa difícil mezcla de canto y declamación, así como también canto a capella y canto gregoriano por la evidente influencia de la liturgia religiosa en la obra. Un gran himno que entonan los monjes sin acompañamiento orquestal, "Te lucis ante terminum", supone el inicio de esta apasionante historia y crea la atmósfera adecuada para introducirnos en esta indispensable obra musical. "Curlew River" se estrenó en Oxford en 1964, por lo tanto el proceso compositivo de esta genial obra, de apenas 70 minutos, duró 8 años.

* El director artístico de la Asociación de Amigos de la Ópera de Vigo analiza la obra que hoy inaugura el Otoño Lírico, a las 20.30 horas en el Teatro Afundación

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