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in memoriam

Don José Donsión Peña

La primera vez que te vi me impresionó tu aspecto. Cara seria y circunspecta, voz grave y profunda; autoridad severa destilando de su ser. Más tarde, con el paso del tiempo, llegué a entablar una amistad con él que derivó en un aprecio sincero, donde se conjugaba respeto y empatía.

El término retranca estaba inventado para él, también era de los que no daba puntada sin hilo pero, sobre todo, ayudó a mucha gente. Era, quizás, su misión en esta vida. La cumplió con creces. Su don de oración y su psicología fruto del trato con tantas almas diversas era manifiesto.

Se fue una gran persona en unos tiempos que tanta falta hace una ayuda espiritual, unas oraciones con fe auténtica, un referente para no perder el rumbo de la nave en estas aguas turbulentas que son nuestra vida actual.

Ruego a Dios envíe muchos operarios a su viña que alivien tanto sufrimiento humano, tanta pena y tantos afligimientos.

Descansa en paz D. José. Gracias por todo. Hasta siempre. Así sea.

*Profesor del CEIP Manuel Rivero (Lalín)

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