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Poda salvaje, como cada año

Aquí en Marín no hay árbol ni arbusto que se resista. Sea plátano, pino o camelio, en cuanto se tiene la mejor ocasión ¡zas! a meterle la tijera y el serrucho. No importa que las plantas estén todavía en su proceso vital, caso de los plátanos de sombra que tenemos en la alameda, cuyas hojas están aún verdes y vivas y tienen todavía una función muy importante que cumplir en la planta. Desde hace una semana, el gobierno municipal y en su nombre la concejala de Medio Ambiente, ha decidido que hay que pelar los árboles y dejarlos ya como postes de la luz. Es cierto que le van dejando las guías más largas para que en la próxima temporada les sea más fácil crear sombra pero también lo es, a mi entender, que no hay por qué apurarse tanto en semejante poda impidiendo entre otras cosas, la singular plasticidad del otoño. A los plátanos de la alameda les salen las hojas a finales de junio, cuando en otros lugares ya las tienen desde mucho antes, y se les retiran a poco más de transcurridos los tres meses. La verdadera razón es que no se quiere que haya hojas caídas en el suelo porque, dicen, "obstruyen las canalizaciones" o sea, hay que barrer. Dios les perdone.

El reloj de los plenos

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