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Desde Hostalrich hasta Lalín

La trayectoria pedagógica de Hernán Poza Juncal estuvo fuertemente marcada por su segundo apellido. Al primero debió su irrenunciable republicanismo, pero el segundo marcó su vida como maestro ejemplar.

En efecto por influencia de su tío, José Juncal Verdulla, director de la Escuela Normal de Maestros de Barcelona y luego embajador de España en Portugal, allí conoció y se familiarizó con las corrientes educativas más avanzadas y renovadoras.

Nuestra Escuela, un centro al aire libre en Hostalrich, pueblecito de Gerona, fue su primera experiencia. Luego su vuelta a Galicia se produjo en 1924 contratado por la sociedad Hijos del Partido de Lalín en Buenos Aires para poner en marcha una singular Escuela-Hospital-Asilo bajo su patronazgo.

"No sabemos si la Escuela-Hospital-Asilo de Lalín es desierto educativo frente al oasis, u oasis en el desierto educativo. Lo que si podemos afirmar es que, si es oasis como dice el ilustre y querido amigo, no será absorbido por el desierto".

Así contestó Hernán Poza en 1928 a un encendido elogio por parte de un colega tras conocer su admirable trabajo en la capital del Deza. Allí puso en marcha todos sus conocimientos para inculcar a sus alumnos el amor a la tierra y al paisaje, junto al fomento de la observación y la curiosidad por las ciencias naturales en su conjunto, tanto por las plantas como por los animales.

Esa experiencia dejó una huella imborrable en Lalín y su conocimiento en detalle todavía suscita hoy una enorme admiración.

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