La semana pasada en Vigo se escribió una nueva página de oro del naval gallego con la botadura del "Reforma Pemex". No es la primera que escribimos -desde la botadura en Ferrol del navío de línea "Guerrero", en el siglo XVIII, hemos formado parte de la mejor historia de la construcción naval-, pero sí llega en un momento especial. Porque supone visualizar la recuperación de nuestros astilleros, marcada por la creciente confianza global en el saber hacer de las gradas gallegas.

Desde el propio México, pero también desde Indonesia, Perú o Marruecos, llegan cada poco nuevos encargos que suman 1.800 millones y que demuestran que nuestra industria naval, desde sus directivos hasta cada uno de sus trabajadores, han sido capaces de recuperar el dinamismo del sector tras años muy difíciles por la caída de la demanda interna. En ese esfuerzo, hemos avanzado juntos en dos áreas: la innovación y la diversificación.

En un mercado en el que Galicia debe apostar por buques de alto valor añadido, dada la sobresaturación de astilleros asiáticos que ofertan embarcaciones de bajo contenido tecnológico, la innovación es clave. Con ese convencimiento, el Gobierno gallego impulsa la cooperación entre astilleros, industria auxiliar, centros tecnológicos y universidades en programas de innovación. Tenemos, por ejemplo, trabajando a Navantia, Wartsila Ibérica, Vulcano, Aimen y la UDC en varios proyectos que buscan cambiar nuestra manera de fabricar buques. Por otra parte, el sector está volcándose en su diversificación para aprovechar su capacidad y know-how e impulsar proyectos en nuevos sectores como la eólica offshore, además de desarrollar otro tipo de buques con un alto valor añadido, como el mercado de GNL.

Ambas, innovación y diversificación, han sido clave para que hoy el naval haya recuperado su pulso de vanguardia. Pero todo ese esfuerzo necesitaba un catalizador. Y ese catalizador tiene nombre y apellidos: Petróleos Mexicanos. Porque el papel de Pemex ha sido determinante para la recuperación del naval gallego, apostando por dotar de carga de trabajo a nuestros astilleros cuando apenas había contrataciones; dotando de confianza al sector en un momento decisivo; y manteniendo un compromiso firme -pese al escenario energético desfavorable- tanto con los astilleros como con nuestra industria auxiliar.

Fue la alianza con Pemex, la apuesta de México por Galicia, la que marcó la línea de salida de la recuperación del naval gallego. Pemex creyó en la seriedad y la competitividad, la eficacia y la innovación, y en definitiva la capacidad de nuestros astilleros y de nuestra industria auxiliar. Y Galicia no falló: hoy los floteles de Barreras y Navantia son el prólogo de una nueva etapa para nuestro naval.

El tercer flotel, recién anunciado por Pemex, supondrá un nuevo paso adelante del naval gallego, que una vez asegurada la carga de trabajo, debe prepararse para un reto mucho mayor: el Naval 4.0. La industria global se aproxima a un cambio de paradigma que muchos han bautizado como la cuarta revolución industrial, y nuestro sector no puede ser ajeno a ella si queremos consolidar a futuro el liderazgo de nuestros astilleros.

No es un reto sencillo: tenemos que ser capaces de llevar el concepto de Industria 4.0 a nuestras gradas y a nuestra industria auxiliar. Los retos que componen este salto al Naval 4.0 son muchos, pero podrían agruparse en tres: la integración vertical de sistemas de producción naval inteligentes, la integración horizontal de una nueva generación de redes de creación de valor, y la aceleración de tecnologías que obligan a la reingeniería de toda la cadena de producción.

La integración vertical de sistemas de producción naval cambiará las cadenas de producción, que pivotarán sobre el astillero inteligente, una grada capaz de garantizar una producción segura, rápida y adaptada en tiempo real las necesidades del mercado, y que ofrece una mejor relación coste-beneficio y menos errores en la fabricación; y sobre el buque inteligente, que es capaz de operar en red junto con otros barcos e infraestructuras de tierra, desplazarse con menos energía y proteger más el medio ambiente.

Más allá de esta integración vertical, debemos abordar también la integración horizontal de una nueva generación de redes de creación de valor, marcada por la recopilación, análisis e intercambio de información entre los distintos actores del sector. En el caso del naval gallego, esta integración será fundamental en el Naval 4.0, ya que permitirá atender de forma integrada a las demandas de las compañías manufactureras, clientes y diseñadores, permitiendo botar buques muy personalizados en un corto espacio de tiempo.

Para ello será necesaria la que consideramos como tercera clave: la reingeniería de toda la cadena de valor, de punta a punta, introduciendo cambios que afectan a todo el ciclo de vida de cada pieza del buque, a partir de la aceleración de tecnologías como la inteligencia artificial y la robótica; los nuevos sensores; la realidad virtual, de la que el CIS Galicia está a la vanguardia; los vehículos sin conductor para lo transporte de piezas, y los drones de mantenimiento para inventario y logística; el Big Data; y la producción aditiva o impresión 3D, que permitirá mayores facilidades en el diseño de prototipos.

Es, por lo tanto, un vuelco en la producción naval que ya está siendo asumido por países como Corea del Sur -que acaba de abrir un centro en Ulsan dedicado precisamente a la aplicación de la Industria 4.0 en el campo naval- y que, en Galicia, tiene el apoyo decidido del Gobierno gallego, que ya está trabajando de la mano del CIS Galicia, Aclunaga, Aimen y los principales actores del sector en un salto tecnológico que sitúe a Galicia a la vanguardia de estos cambios.

Seguiremos estando con el naval, porque sabemos que de la capacidad de nuestros astilleros y de nuestra industria auxiliar para adaptarse a los nuevos escenarios globales dependerá el futuro, no ya del sector, sino de toda Galicia. De ahí que nuestro futuro, como gallegos, pase por la unión. Porque astilleros, auxiliares, universidades, centros tecnológicos, trabajadores y administración caminemos juntos. Porque juntos seremos capaces de recuperar el liderazgo que corresponde por derecho al naval gallego.

*Conselleiro de Economía, Emprego e Industria