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Los realengos se reúnen

El sábado estarán allí un septeto de los Guarín, entre ellos Juanín, José Sieiro, Mariela y Cundi del Troula, los Cea, Paco Flecha, quizás las hermanas de la Nati o las de calzados La Estrella, Miluca Larranz, Fita la de "Artemia" y Fita Sanroca, Pepocho Buján, Quinita, Manolo "Foca" Ligero, Eduardo Piñeiro and sisters, Enrique Macías, el exolímpico Carlos Pérez... Este sábado comerán ellos y muchos más en el hotel Coia por algo que les une: haber pasado la infancia por la calle Real y alrededores en los años 30, 40, 50 y hasta 60 los pequeñines de la cena. Claro, eso fue hace mucho, cuando el barrio viejo concentraba lo más esencial de la vida de Vigo y los 300 metros de la calle Real eran un hervidero de comercios, desde bares a peluquerías, olía allí a pescadito frito y cada poco se oían los gritos de las madres llamando a sus hijos desde los balcones. ¡Carlitos, Pili, Bernardo, subir a comer ya! Hoy unirán sus memorias.

Una pintura que revive

Apuesto que Mónica, Lola, Bea y Diego de Oya, irán hoy a la peluquería para recibir a la gente en todo su esplendor craneal. Tres hijas y un hijo dejó en Vigo Diego de Oya Silva, además de una memoria pictórica suya que este cuarteto filial quiere reverdecer desde mañana viernes, en que presentan obra suya que les dejó como legado en la sala de arte de la Casa del Libro. Es la obra de un vigués nacido en los años 20 y fallecido en los 80 que compartió su dedicación al arte, según nos cuenta su amigo y mentor Francisco Pablos, con el mundo de los viajes, con especial predilección por París, cuyos museos conocía mejor que cualquier parisino. Dice Mónica que a lo que os invitan mañana es a un paseo por el alma de un artista autodidacta, idealista, comprometido, en cuya obra no hay que buscar la perfección en las técnicas sino ese alma inquieta y esa impronta que le hizo experimentar con colores y texturas... inmortalizando rincones, paisajes bodegones a su antojo y en total libertad. Y, según su otra hija Lola, un amante de sus raíces, su ciudad viguesa y su tierra gallega.

Dígaselo mejor en latín

Nada más gratificante que recibir un correo en latín, aunque no lo entiendas todo. Yo sabía que el páter Alberto Cuevas, párroco de la Soledad e incluso monseñor, iba a hacer un viaje con sus feligreses como cada año y le había pedido que a su vuelta me trajeran foto. Pues así hizo el pater, que me envió la imagen con este texto: "Ferdinandus, si posibile est rogo te ut facias publicam manifestationem in FARO VICENCIS supra itinerem nostrum per terras dalmaticas. Gratias tibi. Amplexus amplius". ¡No sé si se inventó algo sabiendo que no sé nada pero qué bella lengua, de la que no abjuraría ni Mas con no ser catalán, que ya es decir! Yo le pedí al páter que intermediara para conseguirme al menos 300 indulgencias si publicaba la foto de inmediato, y me respondió que estaba en ello. Publicada fue ayer. ¿Me habrá gestionado las indulgencias que tanto necesito por mis pecados?

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