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Matías Vallés.

Los antisecesionistas tampoco quieren a Rajoy

Mariano Rajoy tiene otro problema. Ciudadanos casi triplica su resultado anterior en las catalanas, de 9 a 25 diputados. No solo arrebata al PP la defensa del sentimiento español, sino que cuestiona el liderazgo estatal de los populares en el ámbito del centroderecha. Los antisecesionistas catalanes tampoco quieren a Rajoy. Para que se materialicen los sueños de La Moncloa respecto a un pacto postelectoral con Albert Rivera, primero deberán derrotarle. Y después, lo más probable es que el líder emergente reclame la cabeza del actual presidente del Gobierno.

A fecha de hoy, las posibilidades de los conservadores en unas generales son singularmente escasas. En sí mismas, las catalanas describieron ayer una mayoría absoluta a favor de un referéndum. La victoria previsible de Junts pel Sí solo habrá sorprendido a la Banca, cabe esperar que sean más perspicaces en sus análisis financieros. Sin embargo, la candidatura de Raül Romeva en favor de Artur Mas sobreactuó. Ha forzado la apuesta independentista, hasta el punto de movilizar a sus adversarios. Ha convertido la desconexión de España en un asunto trascendente para quienes se limitaban a considerarla inviable.

Artur Mas ya se quejó de la participación excesiva en 2012, el censo taponó ayer su ambición. La bravata de Jordi Pujol, "hemos conseguido que los fernández y las chonis de Cataluña voten independentista", se cumplió a medias. La justicia poética requiere que las CUP sean tan exigentes con el líder de Convergència como Ciudadanos con el PP. Para ello deberían vetar su renovación presidencial, Moisés no verá la tierra prometida. Rajoy transformará la crisis en una oportunidad, de quedarse parado. Está perdiendo la batalla de la prensa internacional, que examina el proceso catalán con mayor distancia que en anteriores conatos.

Admitiendo que el presidente del Gobierno ha realizado la campaña en campo contrario, debe explicar por qué Ciudadanos dobla y va camino de triplicar al PP. O por qué los populares no llegan al diez por ciento de los sufragios. Rajoy solo tiene una salida, pero no se irá. El tándem socialista formado por Iceta y Freddie Mercury tampoco ha reeditado el éxito del solista de Queen, cuando orbitaba en torno a?Montserrat Caballé para Barcelona'92. Por tanto, socialistas y populares deben explicar la estupefacción de que Ciudadanos obtenga tantos diputados como la suma de los dos partidos antaño hegemónicos. El resultado discreto de Podemos se debe a que se ha abstenido del debate central. Aun así, Rivera y Pablo Iglesias ridiculizaron ayer a Rajoy y Pedro Sánchez.

Junts pel Sí se queda por debajo del listón heredado de la suma de CiU y ERC. Aparte de que los convergentes se han librado de su rémora, en esta ocasión se exigía a los votantes una profesión de fe independentista. El crisol cosmopolita de Barcelona, una de las ciudades más deseadas del planeta, ha salvado curiosamente a los enemigos de la independencia. Frente a la diversidad de la metrópolis, los resultados son tan abrumadores en Girona y Lleida que solo administrativamente pueden calificarse de provincias españolas. Y han contagiado a Tarragona.

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