Cien días son los que este pasado lunes se han cumplido desde la llegada del cuatripartito al gobierno municipal. Y ya, unos y otros, cuatripartito y oposición, han hecho sus respectivas valoraciones de los mismos. El cuatripartito echando mano "do que nos atopamos", adornado con los términos auditoría y fiscalía, y el único grupo, y mayoritario, de la oposición, denunciando lo que consideran pasividad y falta de proyecto del gobierno municipal.

Lógicamente, las valoraciones de unos y otros están cargadas del subjetivismo partidista propio de quien trata de arrimar el ascua a su sardina, pero sirven para el comentario en el seno de la ciudadanía y que cada uno de los vecinos del municipio haga su propia valoración.

Lo que es incuestionable es que, en el transcurso de los cien primeros días de gobierno del cuatripartito, Sanxenxo se quedó sin tres banderas azules en los arenales de sus playas, sin biblioteca municipal en la parroquia de Vilalonga y vio como se incumplieron dos de los principios recogidos en el pacto de gobierno: los relativos a que "a redución do custe total do grupo de goberno será entre un 20% e un 30%", que se quedó en el 12'939%, y a que "?a atención e a participación e sobre todo a transparencia serán os piares básicos desta coalición de goberno?", al convertir el consejo de Nauta en un coto cerrado integrado únicamente por miembros del cuatripartito.

Pero además de realizar sus respectivas valoraciones, a lo largo de estos cien días el gobierno municipal y la oposición se dedicaron al ping pong político de las críticas cruzadas y en ese juego creo que el alcalde perdió la perspectiva de su actual papel. Ahora, tanto a él como a su grupo de gobierno, les toca gobernar y gestionar los distintos entes y áreas administrativas del Concello, y a la oposición le toca controlar y fiscalizar la gestión que lleva a cabo la alcaldía y cada una de las concejalías delegadas.

Pero da la impresión que tanto el alcalde como algún que otro miembro de su gobierno no tienen claro su actual cometido. Que el alcalde, por ejemplo, pida públicamente al portavoz del único grupo de la oposición que realice gestiones que le corresponden realizar a él y a sus concejales así lo pone de manifiesto.

Además, "invitaciones" de ese estilo, más de uno las podría llegar a "malinterpretar"?