Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cataluña y su divorcio, desde EE UU

Casi estamos al final del fenomenal conflicto. Casi estamos al comienzo del fenomenal conflicto. Cataluña está pidiendo el divorcio de España. Comparecencia: 27 septiembre 2015.

No importa el resultado de la votación, el espíritu conflictivo que propulsó y el que se ha venido oponiendo a la ansiedad catalana de independizarse perdurarán para siempre.

Hice una encuesta informal para conocer opiniones de un buen número de ciudadanos. Algunos no conocían la gravedad del hito histórico que conmueve a Cataluña/España en los últimos años. De los que tenían idea, la mayoría, antes de preguntar para ponerse al día, me respondieron con una exclamación de ansiedad: "¿Cuál es la opinión de los expertos?" Es decir, como suele suceder antes de solicitar un divorcio, daban por sentado el trámite de consulta y, por lo tanto, querían saber, ¿qué opina el exterior, los países vecinos y los distantes?

Aunque Escocia es punto de referencia (el 59% de su electorado de 4.283.392 tumbó hace un año la campaña de independencia), la insistencia de Cataluña confirma la solidez de su ambición así como las leyes que argumenta el Gobierno nacional. Pero los bancos más fuertes en EE UU y en España ya han pulsado la alarma: el divorcio de España acarrearía el "desahucio" de Cataluña de la Unión Europea pues el "contrato de arrendamiento" ha sido firmado por la parte demandada y la UE. Entonces, ¿quién va a garantizar el pago de deudas y con qué moneda?

El americano quiere paz interior para proseguir sus ambiciones: mejorar lo que hace y congeniar con el vecino. Enfatiza la unión, no el separatismo. Odia el riesgo: hostilidad con/sin divorcio. Piensa que el conflicto Cataluña-España evidencia problemas en sus respectivas estructuras, desde inexistencia de leyes fundamentales a opresiones lingüísticas.

La población, 7.5 millones, se rebela aduciendo haber sufrido restricciones por siglos, pero no exigió ciertas provisiones independentistas cuando se redactó la Constitución 1978. Y no pueden aducirse esos eventos como la causa del alto desempleo en la región, de la recesión o de una deuda de billones de euros (el 22% del ingreso bruto). El cónyuge de quien quiere independizarse, el Gobierno central, tampoco anticipó el acceso a la independencia.

A partir del 27, el panorama político de España va a cambiar, temperamental y pragmáticamente; "negociar" (para beneficio mutuo) se convertirá en la palabra clave.

Compartir el artículo

stats