Con este nuevo suelto damos continuación a las filiaciones y figuras que aparecen en la vida de la eximia poetisa ferrolana Dulce María Orjales Valcarcel -más conocida como Maruxa Orxales-. Fue y es posible esta contribución gracias a que mi primo carnal, Mario Garazo Martinón, en sus hábiles pesquisas coleccionistas, rescató su tarjetero personal en un rastro madrileño (Asociación Betel de Francos Rodríguez), unido a un lote de libros con dedicatoria autógrafa además de otros documentos de la autora. El interesante legajo me fue regalado por Mario, ratificando su habitual filantropía, y me ha permitido hacer una humilde aportación a la biografía de Orxales (Faro de Vigo, 09.08.2015) que hoy termino.

En mi artículo anterior inicie la enumeración de una serie de compañeros del vate que figuraban en su archivo de tarjetas, y que hoy prosigo, con especial relación a cinco poetas. Ya había citado a la poetisa, en lengua gallega y española, Pura Vázquez Iglesias (Ourense, 1918-2006) y a su hermana Dora Vázquez Iglesias (Ourense, 1913-2013). Pura y Dora, cuya poseía fue lírica y existencialista, fueron pioneras en el campo de la literatura infantil y juvenil, por lo que coincidieron en su línea de dedicación con Maruxa Orxales. La ferrolana escribió para los niños, entre otras obras, Para mí las violetas (2005). También dio letra al villancico O mar chegou a Belén, que grabó la coral Virxe do Mar de Cedeira, musicada por el que era su director, el escritor e investigador musical José Antonio Suárez Aneiros (Cedeira, 1945), autor de Lírica Teixidesa (Ed. Traspaso, 2014). Pues bien, Pura y Dora, en 1972, le asignan su libro Los poetas (Gráficas Tanco, 1971) y en la dedicatoria dejan constancia de que para Orxales era la primera visita y toma de conocimiento de Ourense. Un intelectual amigo me informa de que volvió de nuevo a Ourense dos años más tarde, en 1974, para saludar a Ramón Otero Pedrayo (Ourense, 1888-1976).

Otro autor que incluye el tarjetero es el periodista, crítico literario y poeta Juan Emilio Aragonés Daroca (Sabiñánigo, 1926-Madrid, 1985). Aragonés ganó varios premios de poesía, como el "Argensola" y el "Alcaraván", fue director del Aula de Teatro del Ateneo de Madrid y recibió el "Premio Nacional de Teatro" en 1956. En 1966 le dedicó a la poetisa, de forma autógrafa, su libro Jacinto Benavente (Ed. Doncel, 1966), resaltando su capacidad interpretativa, ya "que expresa y actúa sus poemas". En las hemerotecas de los periódicos madrileños aparecen referencias del encuentro de ambos en determinados foros literarios.

Dous Contos (Ed. no venal, Jubia, 1971) recoge dos cuentos de Álvaro Daniel Paradela Criado (A Coruña, 1911-Narón, 1979). Este médico y escritor gallego fue el creador del topónimo "Ferrolterra", al tiempo que delimitó su territorio. Está cuestión fue recordada por Orxales en un artículo. Pero la tierra natal de la poetisa no fue la única coincidencia, pues uno de los cuentos del libro citado, Luareal ou raiosol, fue galardonado con el primer premio de un concurso de cuentos para niños -Agrupación "O Facho", 1970- y precisamente le dedicó cariñosamente a la poetisa uno de los contados ejemplares de la "edizón non púbrica, somente pros amigos y compañeiros". Más tarde, en 1994, la "Sociedade Artística Ferrolá" crearía el "Premio de Narracións Curtas Alvaro Paradela".

También el tarjetero contiene la referencia de Concha Lagos, pseudónimo de Concepción Gutiérrez Torrero (Córdoba, 1909-Madrid, 2007). Fue doña Concha una destacadísima figura de la literatura contemporánea, tanto en poesía como en narrativa, teatro y ensayo. Se afincó en Madrid desde los 13 años de edad y allí se casó con el arquitecto y fotógrafo gallego Mariano Lagos, de quien tomó su nombre literario. Durante la guerra civil española volvería a Galicia. Hay constancia en las hemerotecas de los diarios madrileños de su participación con Maruxa Orxales en varias actividades literarias. En el lote de libros que me regaló mi primo Mario está un ejemplar de uno de sus libros, con dedicatoria manuscrita de la autora.

Finalmente el quinto poeta, también maestro, incluido en el tarjetero y del que quiero dar noticia es Rafael Fernández Pombo (Madrid, 1927 - Mora, Toledo, 1992). Sobre él Benjamín de Castro Herrero, asimismo maestro y director de su grupo escolar, escribió: "Paradojas de la vida. Nace en Madrid y no se consideraba madrileño. Era "Moracho" sin ser de Mora, era Manchego sin ser de la Mancha y era "Pueblano" sin ser de la Puebla. Mora y La Puebla le concedieron su carta de naturaleza nombrándole Hijo Adoptivo por méritos propios". La Puebla de Montalbán fue también el lugar donde vivió Fernando de Rojas, autor de La Celestina. Sería en 1974 cuando Fernández Pombo escribió el libro Cardencha de tu amor en la lejanía. Glosario íntimo de la espina (Sevilla: Editorial Católica Española, 1974), que presentó al premio "Angaro" de Sevilla y lo ganó. Con este motivo nació una amistad con Maruxa Orxales y le firmó un ejemplar de su primer poemario publicado, que también aparece en el legajo adquirido por Mario.

Pero no son los únicos poetas filiados en su tarjetero. También están algunos extranjeros como el chileno Alfonso Larahona Kastén (Valparaíso, 1931), con el que colaboró en la revista "Norte".

Entre sus libros también estaba Dos mil nombres gallegos (Ed. Galicia, 1953), editada en Buenos Aires, obra póstuma de Francisco Lanza Álvarez (Ribadeo, 1892-Buenos Aires, 1951). Periodista y escritor, fundador y director del periódico La Comarca, en su ciudad natal, y después en Buenos Aires fue redactor en muchas revistas, particularmente Aquí está, en la que escribió muchos artículos dedicados a Galicia. Este libro, es una primera breve enciclopedia gallega y sin duda fue de gran utilidad para Maruxa Orxales, a juzgar por lo muy manoseado que está su ejemplar, en contraposición con el resto de sus libros, muy cuidados y protegidos con una sobrecubierta.

Un significativo número de políticos abarca el tarjetero de Maruxa Orxales, con un claro predominio de los llamados de "derechas". Citaremos en primer algunos de los gallegos. Manuel Fraga Iribarne, del que existen varias tarjetas que corresponden a momentos distintos de su trayectoria, desde cuando era presidente de "Alianza Popular" hasta cuando desempeñaba el cargo de presidente de la Xunta de Galicia. Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, Conselleiro de Cultura de la Xunta de Galicia; Fernando Amarelo de Castro, Secretario General para las Comunidades Gallegas y Elvira Fernández Díaz, senadora por el Partido Popular. Entre los madrileños están Leopoldo Calvo Sotelo (en calidad de presidente y ex-presidente del Gobierno de España), Pío García Escudero (presidente regional del Partido Popular), José María Álvarez del Manzano (alcalde de Madrid), Anselmo López Agudiño (presidente del Consejo de Sanidad y Consumo de Madrid), Juan Carlos Jiménez Franco (del Gabinete de la Presidencia) e Ismael Bardisa Jordá (presidente del PP del Distrito de Chamberí).

No falta una nómina de abogados: Carlos Ballesteros Maestre, Domingo Pieltarin, Enrique Santín Díaz, Juan Arias-Andreu y Martínez, y Carlos de Blás Armada. Bien por estar las tarjetas en blanco o dar una limitada información, ignoro la relación que pudo tener con estos letrados.

Entre los médicos figuran: Guillermo Escobar del Escobal, José de Palacios y Carvajal, José Pardo Silva, José Antonio Arias Navalón, Serafín Sarceda Regueiro, Federico Quirós Sánchez y Delgado Sillo Román. De ellos podría hacer alguna precisión, al figurar ciertos documentos médicos, pero me abstengo por razones de confidencialidad.

A esta extensa lista habría que sumar profesionales de servicio, que estimo no tiene interés el relacionarlos.

He pensado que este artículo podría ser interesante dar a conocer estos datos y que otros estudiosos de Maruxa Orxales puedan completar los propios. Una vez más el afán de un coleccionista, en este caso Mario Garazo, por fortuna ha salvado de la basura y de la falta de interés de los deudos de la poetisa documentos que si bien no son transcendentes, al menos sí son originales y curiosos y sirven para conservar piadosamente su historia. Las generaciones actuales no deberían renunciar a los datos de sus antecesores porque al hacerlo extinguen la parte más noble de su propia vida.