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A la expectativa

La semana empezó con el sector ganadero, paralizando el sector industrial y en su pulso por conseguir un precio justo para la leche que producen tiraron por la borda treinta mil litros y perdieron casi diez millones de euros. Casi nada. Pararon para alivio de la Xunta las protestas el miércoles, convencidos de que habían doblado el pulso a industria y distribución, pero también cansados y con los bolsillos vacíos. Solo el tiempo dictaminará la efectividad de su estrategia, pero en los estantes de algún supermercado ayer se podía comprar un brick por debajo del precio de coste.

La semana cogió más fuerza cuando se destapó el sumario de la Patos, una operación judicial que salpica a administraciones públicas de todos los colores y que tiene a más de un dirigente público en vilo. El sumario relata supuestos amaños de contratos entre empresas, estando en el epicentro de la trama Eiriña, y cargos públicos y funcionarios. Son prácticas que ya no resultan nuevas. Muy parecidas a las que otro sumario, el de la Pokemon, reveló. Las nuevas imputaciones, que tienen nervioso a más de uno, no se harán esperar. La semana que viene habrá una buena tanda, apuntan fuentes conocedoras de la investigación. Mientras, los partidos guardan silencio. Quieren saber hasta donde está dispuesta a llegar la juez, en función de las pruebas que atesora, antes de actuar.

Unos vivirán con la máxima tensión el paso de los días de la próxima semana a la espera del auto judicial que relacione las imputaciones, y otros aguardarán con impaciencia el resultado de las urnas el domingo que viene en Cataluña. Las opciones del PP de revalidar mayoría absoluta en las elecciones generales de diciembre se multiplicarán si los independentistas no logran su objetivo, mayoría de escaños, y se desinflarán, si Artur Mas acaricia su sueño. Mantener la Xunta será más fácil si antes el PP retiene el poder en Madrid. Más complicado es frenar la ola de cambio, si ésta prende a finales de año.

No serán los populares los únicos pendientes de Cataluña. Los socialistas necesitan salvar los muebles, para que el proyecto de Pedro Sánchez aguante y sume votos que el PSdeG no consigue atraer. En Galicia, la candidatura de confluencia de la izquierda alternativa en Galicia, que debería unir a Podemos, IU, Anova y BNG y unos cuantos partidos más, sigue encallada y el resultado de Catalunya Sí que es Pot, la lista de Pablo Iglesias e ICV-EUiA, y que, según el CIS, podría convertirse en la tercera fuerza de la Cámara catalana con 18-19 escaños, puede ayudar a clarificar el rumbo de la pretendida o no tan pretendida lista de unidad. Una bajada de las expectativas del partido morado le puede restar fuerza en Galicia para negociar con Beiras y su gente, que exigen una alianza, en igualdad de condiciones y quieren que el protagonismo recaiga sobre la marca Mareas.

Y mientras unos permanecen a la expectativa, el que cierra la semana saboreando las mieles del éxito es Abel Caballero con su ascenso a la presidencia de la Federación Española de Municipios e Provincias. Como alcalde de alcaldes, Caballero pone a Vigo como referente de los ayuntamientos a nivel estatal. La presidencia de la FEMP es el colofón a la victoria de haber sido el alcalde más votado de las grandes ciudades de España el pasado 24 de mayo.

Y mientras Caballero puede mostrar el bastión de la FEMP, el tiempo se agota para José Ramón Gómez Besteiro si quiere recuperar la FEMP gallega. Necesita colocar a uno de los suyos en la presidencia de la Diputación de Lugo para tener opciones de que sea también un socialista el presidente de la Federación Gallega de Municipios y Provincias. La renovación de los órganos de dirección de la Fegamp está fijada para el 30 de octubre y antes Besteiro debe pergeñar la moción de censura con el BNG para arrebatar al PPdeG la Diputación de Lugo, y con ella los votos que en el sistema de elección de la Fegamp darían la mayoría a los socialistas.

Ya han pasado casi tres meses desde que por sorpresa el PP se hizo con la Diputación lucense y nada se sabe de la moción, que se anunciaba para ya, aunque en las filas socialistas la dan por segura. Besteiro tendría casi convencido al alcalde de Becerreá, quien con su voto desplazó a los socialistas de la presidencia del ente provincial, y arreglado con el BNG la moción.

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