Se echó en falta a Héitor Mera ayer en un día de apretado programa cultural en Cangas. Ni en la presentación de Ameirarte ni en la de los actos de homenaje a Félix Soage dio señales de vida el concejal de Cultura, que decidió tomarse un día de descanso. La razón era, no obstante, poderosa. Y es que el político cangués disfrutó ayer -por segunda ocasión- de su paternidad. Su nuevo vástago llevará por nombre Diego y dio una alegría a sus padres, una alegría de 3 kilos y 400 gramos de peso. Ahora toca coger mayor destreza para cambiar pañales.
Demasiada tensión para cien días
Vuelven las alusiones a las camisas azules a los nazis, vuelve un tipo de política absurda, que no construye, sino que deforma. Es inconcevible que a los tres meses de la toma de posesión del nuevo alcalde en Cangas haya tanta tensión política que se vuelvan a utilizar recursos que se suponían olvidados. Algo se está haciendo mal. Si algo merece Cangas por parte de unos y otros, de la izquierda y la derecha, es sosiego para poder crecer. En las trincheras hace frío y falta visión. Tal vez sea un mal endémico de Cangas, pero tal vez se la conduzca siempre al disparate en vez de la cordura.