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EDITORIAL

Pontevedra no puede seguir sin ordenar su territorio

Pontevedra no puede seguir sin ordenar su territorio. La falta de un Plan Xeral de Ordenación Municipal hace que la ciudad del Lérez tenga criterios urbanísticos de hace la friolera de 25 años. Así lo entienden los grupos de la oposición, PP, PSOE, Marea y Ciudadanos que se han unido, ante la actitud pasiva del gobierno del BNG, para reactivar la aprobación de este necesario plan.

Lo que para el gobierno de Lores era un asunto urgente allá por 1999 cuando asumió la alcaldía en el Concello agilizando este documento que comenzó a elaborarse en 2004, desde hace unos años ha pasado a ser un asunto menor, hasta el punto de que lo ha paralizado tras invertir un millón de euros en la elaboración en la última década.

Los cuatro grupos de la oposición han realizado la primera "pinza" al gobierno nacionalista con el objeto de crear una comisión especial que impulse este documento.

Han tomado esta decisión porque los perjuicios por la falta de un nuevo plan general son importantes para esta ciudad y para los intereses de sus vecinos, y entre ellos se encuentran que no haya terrenos para ubicar nuevas empresas, no disponer de terrenos edificables en las parroquias, o el incremento de los costes en la compra de terrenos por parte del Concello como ha ocurrido en el solar de los nuevos juzgados o las expropiaciones por el desdoblamiento de la Avenida de Vigo. Precisamente, hay que recordar que la falta de ordenación del casco histórico, que quedó en suspenso en el Plan de 1989, obligó en 2003 a la elaboración del Peprica por parte del Concello y su aprobación posterior por parte de Patrimonio. Algo similar ocurrió en el barrio de Estribela, en Lourizán, que también había quedado sin ordenación en el Plan actual.

La ciudad aspira a superar los cien mil habitantes en el plazo de dos décadas, y siendo así con más razón para necesitar de un desarrollo armónico que no se lo va a dar el viejo Plan que entró en vigor en 1989 siendo alcalde José Rivas Fontán. Además de la red viaria, la reserva de suelo para uso empresarial donde la industria se concentre en lugares estratégicos, equipamientos y zonas verdes son aspectos fundamentales a recoger en el documento.

La ciudad del Lérez ha cambiado a lo largo de todos estos años y al futuro no se le puede poner freno. La construcción, según los últimos datos, comienza a resurgir y es un importante sector para el empleo y la economía local.

El gobierno de Lores se niega a retomar la aprobación del PXOM al entender que los terrenos donde se ubica Ence en Lourizán están catalogados como suelo industrial, a raíz de la declaración de supramunicipalidad cuando en la época del gobierno de Manuel Fraga se presentó el proyecto de papel tisú. Frente a este argumento está el de Marea, que a pesar de que como el Bloque también se opone a la prórroga de la concesión de Costas a la fábrica, entiende que el futuro de este municipio pasa por un nuevo PXOM y que la ciudad no puede permitirse a unos políticos con los brazos cruzados y sin mover un papel durante cuatro años. Teoría que comparten las otras tres fuerzas políticas de la oposición que han dado un pase adelante necesario para impedir que la falta de un plan general coarte el desarrollo de este municipio. No es admisible que el debate y la discrepancia sobre una parte (Ence) del municipio, mantenga paralizado el desarrollo de todo su territorio.

Porque esto es lo que ha hecho el gobierno de Lores con el estudio del equipo redactor una vez que la Xunta informó desfavorablemente en dos ocasiones en 2010 por la edificabilidad, la red viaria y otras importantes objeciones, como la ubicación de los terrenos industriales, la clasificación del suelo rústico o la ampliación del casco urbano, entre otras.

Esta iniciativa de reimpulso de iniciativas básicas debe tener continuidad en otros asuntos de gran calado para la capital y que adormecen en el tiempo, como es el futuro sanitario con un proyecto de hospital único que adormece en algún cajón de la Administración.

La decisión de los grupos de la oposición de apostar por sacar adelante el Plan Urbanístico indica responsabilidad, lo que demanda la ciudadanía de sus políticos.

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