Ya no volveré a tener su compañía, exactamente al lado de mi asiento día sí día no en las conferencias del Club FARO, que no perdió hasta el año 89 de su existencia. Maximino Sanmartín, ese hombre culto, eternamente cordial, juvenil, coqueto y que tenía en el humor su filosofía y pasaporte a la amistad, se nos fue ayer para siempre tras haber pasado casi 90 años de buena vecindad con la vida en los que solo en el último él mismo hacía chanza inteligente de cierta disminución de sus funciones, como la auditiva. En 2005, en una dedicatoria de uno de sus libros, me ofrecía "la poca sombra que aún pueda dar pero quien da lo que tiene, cumple". Pero aún resistió con brillo nueve años más. Nacido en A Estrada, estudiante de Bachillerato en el Labor de Vigo y de Derecho inconcluso en Madrid, optó por la emigración a Venezuela en la etapa áurea de este país, donde labró una aceptable fortuna con la que volvió a Vigo para sentar un precedente de innovación en el mundo inmobiliario gallego. Yo crecí con el sonsonete de su publicidad. Pero Sanmartín era, antes de nada, poeta, y entre sus libros tengo yo a la vista "Sombra de un árbol sin hojas" y "Poemas para el séptimo día", aunque me faltan un puñado. "Te quiero mucho me dices/cuando apenas tengo vida/para gozar que lo has dicho./Pero lo llevo a la muerte/que es tenerlo para siempre", dice en uno de sus poemas.
Por el cáncer al cine
No para quieta nuestra Beatrice, a pesar de las molestias que la afligen, hablo de la viguesa Beatriz Figueroa, que muchos conocisteis durante su fatigosa campaña de medio millón de firmas reivindicando derechos para los enfermos de cáncer. Pues ahora sigue en la brecha pero por vía audiovisual. Hoy, en la confluencia de García Barbón con Alfonso XIII, junto a la Iglesia Santiago de Vigo, el cineasta gallego, Mario Iglesias, grabará un vídeospot del que ella es productora (sin un duro) para su difusión el próximo día mundial del cáncer de mama, 19 de octubre. La intérprete femenina será la actriz moañesa María Salgueiro. y colaborarán como figurantes más de una veintena de afectados de distintos tipos de cáncer y familiares. Ya os digo que una gran mayoría de las participantes han superado un cáncer de mama. El proyecto se lo presentó Beatriz Figueroa y el objetivo será denunciar una vez más la indefensión de los enfermos de cáncer ante la Administración y su desprotección económica y social.
De cocina franciscana
Unos nos dejan para siempre, otros vivimos rodeados por el fantasma del cáncer, pero la vida sigue y hay que disfrutarla mientras se pueda. Es por eso que yo me fui con Carlos Rúa a comer a A Ramallosa,junto al puente romano, a esa Tapería de Tavo que visitamos de vez en cuando para gozar de su cocina sencilla pero sabrosa. Tavo Francisco apenas pudo acompañarnos esta vez pero nos mandó a la mesa un pulpo a la plancha y una carne de ternera gallega con patatas que nos reforzó las ganas de vivir y cantar una oda "franciscana".
