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Feijóo, entre la propaganda y el negocio en el nuevo hospital de Vigo

Hace unos días, se produjo en Vigo una manifestación multitudinaria para reclamar nuestro derecho a una asistencia sanitaria universal, gratuita y de calidad. Lamentablemente, en vez de reflexionar sobre las causas de esta manifestación, el gobierno de Feijóo, en una deriva autoritaria intolerable, cargó contra el conjunto de los ciudadanos, los partidos y asociaciones convocantes. Dijo que estábamos manipulados, que éramos unos carroñeros y unos irresponsables... que hacíamos política... claro que sí, hacemos política para defendernos de los que han convertido la política sanitaria en un negocio para unos pocos.

Los hechos están ahí, mal que le pese al departamento de publicidad y propaganda del Sr. Feijóo. En el nuevo hospital se han recortado drásticamente todas las áreas asistenciales, el nuevo hospital ha dejado de ser centro de referencia en importantes prestaciones, los servicios centrales sufrieron una importante reducción, al igual que las áreas de urgencias. Estos recortes se suman a los ya aprobados por el gobierno gallego que privarán al nuevo hospital de una posición estratégica que lo equiparaba a los hospitales de Santiago y A Coruña.

Desde 2009, el gobierno del Partido Popular, y su presidente Núñez Feijóo, han condenado al área sanitaria de Vigo a la peor sanidad pública de Galicia, a pesar del encomiable esfuerzo de los profesionales de la sanidad pública viguesa. Y ahora, en una desesperada huida hacia adelante, planifican un traslado a un edificio privado y en manos de la concesionaria, a toda prisa y sin las necesarias garantías de control y seguridad.

Son siempre las posibilidades de negocio las que definen las líneas de actuación. Sea en los propios servicios médicos, como la posible privatización de los laboratorios que ha llevado a la inexplicable decisión, según cualquier criterio científico-técnico, de situar el laboratorio central a casi 10 km. del hospital principal y por lo tanto de la entrada de pacientes críticos; como los servicios complementarios para los usuarios, pensemos en las abusivas tarifas de un parking en régimen de monopolio... se trata de seguir engordando las cuentas de resultados de la concesionaria...

Un traslado precipitado, motivado por la celebración de las elecciones municipales, que ha puesto negro sobre blanco todos los déficits que los socialistas veníamos denunciando a causa del sistema de financiación público-privado. Este tipo de hospitales coexisten con muchas dificultades con la complejidad, con la alta especialización y tecnología y con las actividades de formación, docencia e investigación de la moderna sanidad pública.

En este contexto de propaganda electoral, se ha producido la recepción de la obra del Nuevo Hospital por el Sergas. Recepción que se ha llevado a cabo con inusitada rapidez, lo que significa que la administración autonómica acepta las condiciones físicas y técnicas de la obra; un proceso que ha sido verificado por una empresa creada "ad hoc" por una alto cargo de la administración sanitaria del PP de Madrid, todo un ejemplo de compromiso con la sanidad pública.

Un nuevo gran hospital que recibe pacientes críticos necesita estar perfectamente testado "a priori", antes de recibir los primeros enfermos. De la misma manera que un barco recién botado hace las "pruebas de mar" necesarias antes de comenzar a prestar sus servicios. No se ha llevado a cabo este proceso con la sensatez y seguridad necesarias y se ha iniciado un traslado precipitado a todas luces; múltiples obras pendientes, traslado de pacientes antes de disponer de todo el material e incluso de medicación para ellos, absoluta falta de información y coordinación con los profesionales.

Y en medio de todo este desastre organizativo, modelado entre la propaganda y el negocio, en las redes sociales circulan fotografías de roedores dentro de las habitaciones, se acumula la falta de materiales y de medios para atender a la gente con un mínimo de seguridad, o los enfermos y familiares tienen que pagar cantidades desorbitadas solo por aparcar su coche.

A todo este disparate logístico y asistencial, se ha sumado la aparición en los análisis del hongo Aspergillus; y el fallecimiento de una paciente presuntamente afectada por este. Ante esta gravísima situación y la alarma social creada, las informaciones de prensa proporcionadas por la Consellería intentan minimizar la importancia de la crisis, anteponiendo la imagen pública de la conselleira y de Feijóo a la tranquilidad y la seguridad de los ciudadanos.

Feijóo, un autoproclamado brillante gestor sanitario, ha traicionado a los ciudadanos de esta área sanitaria; y el Partido Popular de Vigo no ha aprendido nada, continúa anteponiendo los intereses de su gobierno en Santiago a los de los habitantes de Vigo. El PP de Vigo está obligado a hacer política, a apoyar los derechos de la gente frente a la propaganda y al negocio de las políticas de Feijóo. Por todo esto es por lo que los socialistas reivindicamos y hacemos política.

*Diputado Socialista en el Parlamento de Galicia. Profesor de la Universidad de Vigo

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