Analizando los datos que vemos en los medios quizás nos hacemos una idea errónea de lo que parece oscilar el sector, pero la mayoría de los análisis son demasiado superficiales, pretender dar una idea de la evolución de un sector que representa el 10% del PIB, el (14 en tiempos de auge económico) en base al número de hipotecas firmadas en un trimestre, es cuanto menos gratuito, teniendo en cuenta que en este sector inciden más variables que en ningún otro sector de la economía,y se superponen como en ningún otro, tales son el estacional,las decisiones políticas de cada momento vinculadas al calendario electoral, la disponibilidad financiera, tanto de entidades de crédito como de compradores y empresas, el factor humano al ser un sector que necesita porcentualmente gran cantidad de mano de obra, la legislación específica y las necesidades sociales de cada lugar o población. El análisis en profundidad de todos estos factores nos daría someramente una idea de la evolución del sector, pero tomar como referencia un indicador, solo nos conduce habitualmente al error, incluso tomando como referencia el consumo de cemento o acero, o la mano de obra ocupada, no sería real. Por lo que prever la evolución es cuanto menos arriesgado. Pero analizando fríamente el caso de Galicia, que es distinto en cada provincia, pero generalizando podríamos tener una radiografía aproximada, de todas estas premisas. La estacionalidad es la que podemos prever con más certeza. El estar supeditado permanentemente, a los vaivenes de las decisiones del gobernante de turno, es un hándicap, sobre todo en el sector de la obra pública. La disponibilidad financiera es algo imprescindible, las empresas necesitan sensibilidad y confianza por parte de las entidades, que al mismo tiempo deberían ser conscientes que una parte importante de su negocio estaba en la financiación de empresas y particulares, es significativo que en el mes de junio se haya cancelado en Galicia el doble de hipotecas que se han constituidos, según datos del INE, la financiación para circulante a empresas, está muy restringida, por lo que la creación de nuevas empresas es tremendamente difícil, en este apartado creo que alguien debería aportar un poco de sentido común, y pensar que la estructura financiera sino apoya también a este sector en muchas zonas se va ver relegada a gestionar las prestaciones sociales, y la gestión del consumo. El factor humano es otra pata muy importante de este negocio, pues la mano de obra capacitada que poseemos aquí es apreciada en cualquier otra comunidad, pero no se está dando el relevo generacional necesario, y en pocos años los profesionales que ahora están alrededor de los 50 años estarán fuera del mercado, y no habrá recambio. La legislación es otro de los problemas importantes, estamos afectos a multitud de leyes, reglamentos, planes etc. Simplemente algo tan vital como un deslinde marítimo-terrestre, genera conflictos permanentemente, en una comunidad con tres provincias litorales, la ley 9/2002, se modificó multitud de veces en pocos años de vigencia, con lo que muchos ayuntamientos no tuvieron tiempo de adaptar sus planeamientos, en el mismo ámbito ante una actuación urbanística es difícil saber a qué jurisdicción está afecta, que seguramente serán varias que tendrás que cumplir todas y aún dependerás de alguna de última hora que aprobó el político de turno para dejar su impronta. Las necesidades sociales son siempre derivadas de las mejoras del estado de bienestar que la sociedad reclama, a nivel edificación podemos incluir las derivadas de las mejoras de instalaciones sociales, a nivel privado tenemos un parque de vivienda en propiedad muy amplio, pero antiguo en gran parte, con un mantenimiento mínimo, y poco eficiente energéticamente, por lo que es hora de acometer reformas inme- diatamente, aquí se presenta un nicho interesante, pero no suficiente, la rehabilitación en rural orientada a fijación de población en el rural y a nuevas filosofías de convivencia, también tiene su atractivo, sobre todo pensando en usuarios foráneos, pero sigue siendo insuficiente, la promoción residencial urbana en bloque de momento está bastante encasillada, y circunscrita a zonas urbanas sin oferta bancaria. Por otro lado la obra pública de grandes infraestructuras está muy avanzada, por lo que no es de prever grandes inversiones en un futuro próximo, aquí el mayor nicho está en los mantenimientos.
De todos modos y tratando de ser optimista, quiero creer que a partir de 2016 el sector mejorará, aunque solo sea por la inercia de otras comunidades, en las que si se aprecia un repunte más sólido, y el crecimiento sea integral en todo el secto. Será muy lento pero todos esperamos sea constante.
