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Con, en, de, por, si, sobre, tras Porto Cabral

Con frecuencia los ecos, por potentes que sean, impulsados por el deseo activan ilusionantes esperanzas; tal sucede con Porto Cabral, el magno proyecto de un complejo comercial y de ocio que hace tiempo pretende desarrollar la británica Eurofund. Y es que cuando ya casi habíamos asumido que tal complejo se ubicaba definitivamente en el marasmo del olvido, el grupo inversor manifiesta que su idea continúa viva y que solo espera que el Ayuntamiento consiga la apertura de la puerta por la que puedan acceder. Congratulations.

En esta tesitura debe exigirse de forma implacable que el Gobierno municipal, que disfruta de una inusitada mayoría absoluta, libere los frenos -incluido el de mano que empuñan algunos detractores- y pulse a fondo el acelerador para que Vigo pueda aprovechar tan beneficiosa oportunidad. La pasividad ni sería de recibo ni se compadecería con anteriores declaraciones de nuestro alcalde y, además, en este caso sería sinónimo de irresponsabilidad. Actúen, pues, y háganse acreedores de nuestros parabens.

De todos es conocido el éxito del envidiable Puerto Venecia que la misma Eurofund implantó en Zaragoza y del que, además de los aragoneses, disfrutan millones de foráneos visitantes, con pingüe aportación al desarrollo económico de la ciudad del Pilar. Los maños se dieron buena maña para obtener espléndidos frutos.

Por supuesto que deben respetarse los justos derechos de comuneros y propietarios de los terrenos que haya que comprar o expropiar. Nadie puede negarles que exijan un precio justo y equilibrado, pero tampoco ellos pueden exigir que el bien común no sea prioritario al particular; máxime cuando son precisamente los particulares, vecinos de la zona, los más directamente beneficiados. Sentidiño decimos por estos lares.

Si el proyecto se consolidase, quinientos millones de euros se sembrarían en los debatidos terrenos, con la esperanza y grandes probabilidades de obtener copiosos frutos y la firme promesa de crear 2.500 puestos de trabajo. Hay que creer que así sea, porque no es concebible que un avezado inversor arriesgue tan abultada cifra sin haber realizado previamente un minucioso estudio que avale la viabilidad. Amiguiño sí, pero a vaquiña polo que vale .

Sobre el formidable complejo he reflexionado en más de una ocasión sin llegar nunca a entender ni a admitir el posicionamiento de los detractores; llegando a la conclusión de que se debe más a otro tipo de enfrentamientos que la "pérdida" de terrenos o de un bucólico disfrute, porque el proyecto que pretende desarrollar Eurofund garantiza disfrute, generación de riqueza y puestos de trabajo. No permitamos que futuras generaciones reprochen que tengan que pagar los platos que otros han roto.

Tras Porto Cabral vendría un auténtico cuerno de la abundancia dispuesto a desparramar su contenido sobre una zona de la que hablaríamos de un antes y un después. Efecto beneficioso que se extendería naturalmente a toda la ciudad, e incluso a toda Galicia, porque las millonarias visitas de forasteros no se limitarían a disfrutar del complejo, sino que no desaprovecharía la ocasión para conocer, al menos, la primera ciudad de Galicia.

Creo sinceramente que abogo por una opción nítidamente defendible contra la que los opositores esgrimen argumentos que en buena lógica son refutables. Busquemos una vez más el máximo consenso, pero como sería imperdonable perder tan jugosa oportunidad, no se pueden prodigar los paños calientes y si la cerrazón de una minoría no permitiera alcanzar el deseable, lógico y voluntarioso acuerdo, como los fines justifican los medios, no debiera titubearse en la aplicación de la ley. Y que cada cual asuma su responsabilidad, empezando por el Ayuntamiento.

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