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Personajes y tradiciones

Cierres y etiquetajes de las primeras gaseosas

El primer sistema de cierre utilizado fue el corcho, cuyo empleo está documentado desde 1690 y que siguió usándose hasta mediados del siglo XX por algunos fabricantes. El primitivo cierre consistía en un alambre o cordel atado al cuello de la botella, sujetando el corcho que se clavaba con un mazo de madera. En 1832 M. Vielcason ideó la manera de tapar la botella con una cuerda de bramante fijada con un anillo de alambre a modo de cápsula y en 1859 W, H. Putman patentó un sistema de cierre por el que embotellador solamente tenía que cambiar el corcho mientras el alambre permanecía fijo. El llamado "cierre mecánico" actual, proviene del primitivo cierre "rayo" inventado por el americano Charles De Qillfeldt en 1875 utilizado mayormente para las cervezas, perfeccionado en 1893 por Karl Hutter mejorándolo con un tapón de porcelana en el que iba insertado un disco de goma. En américa el tapón Hutchinson fue el más utilizado, Coca-cola embotelló con éste tipo de cierre, cuando el asa metálica estaba levantada, la presión del agua carbonatada mantenía la goma contra la base del cuello de la botella. Para beber, no había más que presionar hacia abajo. Este tipo de tapón, muy similar por el sistema de cierre del tapón Codd, fue declarado poco higiénico porque la suciedad se acumulaba en el tapón y contaminaba el líquido.

El tapón Codd fue patentado por Hiram Codd en 1872 en Inglaterra y fue muy popular en Europa, Asia y Australia y consistía en una bolita de cristal a la que la presión de la bebida carbonatada empujaba contra la goma insertada en el interior del cuello de la botella, para beber no había más que impulsar con el dedo meñique hacia abajo la bolita que permanecía en una cámara formada por el mismo cristal.

El llenado de la botella Codd se hacía boca abajo. Las botellas eran costosas y difíciles de producir, además que los niños las rompían para extraerle la bolita para jugar. En España se conocieron con el nombre de "gaseosas de bola", de boliche, de pita? Importado de Inglaterra, el primer cierre efectivo fue el Codd que se mantuvo durante bastante tiempo hasta los años 40, conviviendo con el cierre de corona que resultó ser el más efectivo e higiénico y que pervive en la actualidad. El cierre mecánico se impuso a partir de mediados de siglo con el fin de poder abrir y cerrar el envase cuando él líquido no se consumía en el momento. Es el cierre que define el diseño de la botella de gaseosa de 1 litro a partir de los años 50 y que se popularizó serigrafiada publicitando a su vez la marca y detalles del lugar así como los número de registro.

Etiquetado y marcaje

Otra cosa fueron las etiquetas que en principio era de papel pegado a la botella y que al reutilizar el envase, se sustituía después del lavado y posterior llenado. En los años 50 se impuso la serigrafía en los envases ya fuera de cierre corona o mecánico con el fin de publicitar la marca a la vez que se impedía el llenado por otros fabricantes que no correspondiesen con la marca de la botella.

Botellas de relieve

Muchos fabricantes de gaseosa elaboraban refrescos que en la mayoría de los casos lo hacían en botellas de menos de 400 cl. Para competir compraban botellas con relieves de motivos geométricos o vegetales que en la mayoría de los casos sólo eran identificadas por el tapón corona que era en el que estaba grabado o serigrafiado la marca y número de fabricante. Éstas botellas eran estándar y el fabricante las vendía al por menor a distintos productores de gaseosas y refrescos por lo que se intercambiaban entre ellos, diferenciándose únicamente por la chapa. Más adelante para evitar el intercambio adoptaron el marcaje "chorro de arena" aunque el más generalizado fue el grabado en relieve, hasta que a mediados de los 50 sustituyeron las botellas de relieve por las pequeñas de cierre mecánico de 400 cl serigrafiadas y las de 200 cl con el cierre corona también serigrafiadas.

Con la llegada de las grandes marcas, La Casera, La Pitusa y La Revoltosa fueron desapareciendo las pequeñas marcas hasta que las medidas sanitarias y los hábitos en el consumo dieron fin a toda una época de creatividad y de emprendedores que crearon riqueza dando trabajo y de comer a más de 6.000 familias en España, amén de un importante número de fabricantes de cajas, envases, etiquetas, jarabes, sistemas de marcaje, tapones corona?

Envases de relieve en Ourense

Hay que hacer especial mención a que algunos fabricantes crearon auténticas obras de arte en el relieve de sus botellas y otros bastante ingeniosos en el culo de la botella. Los refrescos más populares eran los "oranges", que cada fabricante dada su particular toque de dulzor o acidez que creaba la adicción en el cliente. El Ourense fabricantes como Obregón en Laza y Verín, Gómez en Ribadavia, Sergio Troncoso en la capital, Laureano de Verín, Domonte en Salamonde (Ourense), Domínguez en Orense, El Mexicano en Ribadavia, Iris de La Trivesa de Puebla de Trives.

Resto de Galicia

En el resto de Galicia hubo bastante proliferación de marcas que de alguna manera quisieron distinguirse por los finos acabados de sus envases, convirtiéndolos hoy en piezas de museo. Suárez de Santiago, y La Unión Industrial de A Coruña. Pero fue sobre todo en Pontevedra en donde hubo más adeptos a los acabados en relieve de los envases, además de ser la provincia en la que más fabricantes de gaseosas hubo de Galicia. Vidal de Arcade, Troncoso Hermanos en Vigo, Paxariños de Comesaña, La Leonesa de Hnos. Ramos de Alcabre-Vigo, La Estrella de Balín en Teis-Vigo, Gabriel Santos en Pontevedra, González de Tui, Eduardo Feijóo en Pontevedra? son algunos de los muchos que hicieron del envase de gaseosa un arte.

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