Marín llora la desaparición de uno de sus hijos más preclaros como lo fue durante toda su vida Manuel Cendán Vilela, que ayer recibió el homenaje póstumo de la asistencia de centenares de personas en los actos de su sepelio. Pocos sabíamos del padecimiento de Cendán en los últimos tiempos porque, a pesar de la realidad que vivía, supo llevarlo con la serenidad que está reservada a los hombres como él, capaces de restar importancia a lo bueno y a lo malo que a lo largo de la vida les sucede.

La desaparición de Manuel Cendán supone, además de un golpe de moral muy considerable para los marinenses, amigos cercanos o no, una pérdida irreparable para la historia y la cultura de este pueblo nuestro porque era una de las pocas personas que conocía en profundidad los detalles de esa historia local compuesta por los acontecimientos y las personas que con mayor o menor relevancia participaron en ellos sobre todo a l largo de los dos últimos siglos.

Hemos visto a Cendán documentándose durante años en los archivos del concello, de la Diputación, de la Biblioteca... de donde hiciera falta para componer la brillante obra "Marín en las tarjetas postales antiguas 1902-1945" que le fue editado con toda justicia por la Diputación Provincial y que nos ha dejado a todos como una herencia impagable porque se trata de una obra de alto contenido gráfico, histórico y demográfico que servirá a las generaciones futuras para que se conecten con el pasado reciente si quieren beber de la sabiduría y del trabajo personal de este marinense de pro.

Colaborador con cualquier iniciativa cultural que se le propusiera, especialmente en lo que a Marín se refería, Cendán era un animador nato para quienes andamos por estos caminos de escribir o de intentar saber más de todo lo que es nuestro y, no hace mucho, escuchamos en el Museo Torres una de sus muchas brillantes conferencias en las que nunca sospechamos del mal de salud que le aquejaba.

Cendán Vilela se fue en silencio, sin hacer ruido, como hacen los grandes hombres, pero quienes le conocimos sabemos que su obra no caerá en el olvido y, a partir de ya, forma parte de los nombres ilustres de Marín pueblo que se siente muy orgulloso de hijo tan preclaro. Descanse en paz.