Desciende el paro por cuarto mes consecutivo en la comarca y unos se miran a los otros y no entienden nada. Hay familias enteras pendientes de cobrar la prestación por desempleo y sin perspectiva alguna de trabajo. Cierto que las cifras no mienten, pero son solo cifras. La realidad es diferente. Lo es porque todos nosotros tenemos familiares directos y amigos afectados por el pánico del paro. Y esa realidad antes, al principio de la crisis, nos quedaba más lejana. Ahora vivimos muy de cerca los dramas del paro, que conllevan otros dramas, como el impago de hipotecas y los embargos. La administración local es más consciente que otras de esta lacra. Las principales promesas electorales de los partidos que concurrieron a las urnas eran luchar contra el paro. Pero la administración local carece de competencias en trabajo. Se aferra a planes de las Diputaciones, que son parches, en los que no se ataca este problema estructural, como les gusta decir.