Para hablar de la inversión de las empresas familiares en I+D+i hay que recordar la profunda crisis vivida, con dos recesiones consecutivas, que ha llevado a muchas compañías al límite simplemente para garantizar su supervivencia. Un contexto en el que lo más importante ha sido adecuar la estructura productiva a un nuevo escenario para poder continuar. Tanto es así que las organizaciones que han tenido éxito durante estos años, son aquellas que han incorporado fuertes mejoras en sus productos o servicios.

En los últimos tiempos hablamos de reindustrialización de Galicia y esto sólo es posible a través de procesos de investigación y desarrollo. Si como ciudadano queremos conservar nuestro nivel de vida, nuestras empresas deben situarse en la vanguardia tecnológica; han de ser capaces de crear nuevos e innovadores productos y han de ser capaces de comercializarlos a nivel global.

Optimizar la eficiencia y aumentar la productividad, son dos de los ejes prioritarios para las empresas en los próximos años y es aquí donde la inversión en I+D+i va a jugar un papel fundamental, porque no sólo España ha cambiado, el mundo ha cambiado y debemos ser rápidos para no perder el tren.

Y es que la innovación constante es la única fórmula para la adaptación a un entorno que cambia a velocidad de vértigo, gracias en gran medida a las tecnologías, y donde el mercado ya no es local, es global. Por eso las empresas familiares son conscientes de que han de seguir invirtiendo en I+D+i para tener éxito y más cuando parece que ya hemos retomado la senda de la recuperación.

En el último barómetro elaborado por KPMG sobre la Empresa Familiar, tres de cuatro empresas familiares afirmaron que iban a incrementar la inversión en el desarrollo de su plan estratégico. De ellas, el 49% se destinaría a España y el 51% al exterior. Se abre una época difícil pero apasionante, donde aquellos que hayan continuado invirtiendo en no perder (e incluso ganar) posicionamiento estarán en mejores condiciones para liderar el futuro.

Aunque el sector privado no podrá resolver estos desafíos de manera individual. Es necesaria la implicación de todos los agentes económicos para promover la investigación, el desarrollo y la innovación en la empresa privada. Y es aquí donde la administración juega un papel importante. Crear un marco favorable que incentive esta inversión e impulsar programas, tales como Interconecta o Conecta Pemes, podrán acercar a las pymes a una posición más estratégica.

En la empresa familiar somos conscientes de la importancia de apostar a largo plazo y asegurar que las generaciones venideras también pueden responder a los retos globales a los que se enfrentarán. Por ello, la innovación es para nosotros una responsabilidad y una garantía de futuro.

En este esfuerzo que hacemos las compañías es necesaria la colaboración de la Administración. ¿Cómo? Pues con una apuesta decidida por el I+D+i como motor transformador de la economía; aunando esfuerzos de forma que la universidad y la empresa tengan una colaboración real, no como realidades separadas, sino como una vía para generar y distribuir riqueza para todos.